Giralt confecciona un libro de relatos donde la familia es el nexo común. Si en la imprescindible “Tiempo de Vida”, plasmaba su visión como hijo en torno a la figura de su padre a raíz de su fallecimiento; acercándonos sus sentimientos hacia él y la huella que dejaba tanto en vida, como después de muerto; ahora, enriquece su perspectiva después de ser él mismo, padre.
Los relatos muestran todo tipo de relaciones dentro de la familia, predominando la orfandad temprana de los hijos y la separación de los padres:
En “Julia y Yo” nos narra las complicidades entre dos hermanos huérfanos de madre con un padre enamoradizo. “Rendijas, Islas” es un ejercicio de memoria de un hijo con padres separados, en torno a los recuerdos de su infancia; se produce cierta idealización del padre que con el tiempo se irá modificando. Un marido y padre de una hija adolescente, a raíz del fallecimiento de su esposa plantea sus dudas ante su vida junto a su hija, su educación; en el relato “Abrir Ventanas”.
“Un Refugio Imprevisto” narra la difícil relación de un hijo con sus padres separados. La complicada convivencia de un matrimonio con el padre de uno de los cónyuges acontece en “Sombras que Reverberan”. Fascinación de un hijo viviendo con su madre, hacia un tío que vive del trapicheo; se nos cuenta en “Traición”.
El relato que da título al libro, “Mudar de Piel”, presenta a dos hermanos viviendo con la madre al estar los padres separados; se produce cierta atracción hacia su padre del hermano menor y resentimiento del hermano mayor por su abandono. En “Preserva Mejor el Recuerdo”, un huérfano de madre, narra las dificultades en la infancia para conseguir la amistad de otros niños y su posterior amistad adolescente con un amigo en la década de los ochenta.
Cierra el libro “Baker y Margaritas”, relato que se aparta un poco de la tónica general; con bastante sentido del humor no exento de ironía, narra ciertos episodios rocambolescos de un matrimonio en relación con su hija.
En los relatos domina la fragilidad y un sentimiento de culpa de los personajes, aunque tampoco es invalidante; pues a través de ese sentimiento tratan de aprender y modificar su vida. El ejercicio de memoria por parte de los personajes está presente en muchos relatos al igual que el paso del tiempo revela los cambios producidos en ellos. Destaca en todos los relatos un final abierto.
A pesar de la escasez de su obra, el buen gusto literario de Giralt muestra cada libro como un tesoro; al igual que ocurre con las películas de Erice.
Hay muchos guiños a la literatura: Truman Capote, Nabokov, Bernhard …; también al cine: Mankiewicz, Robert Aldrich, Truffaut …
La música no podía faltar. Amalia Rodrigues es citada en sus páginas:
“En el tocadiscos sonaba un viejo vinilo de Amalia Rodrigues al que recurría desde la muerte de su madre cada vez que se dejaba enquistar en la melancolía.”
Al igual que el pianista y compositor Brad Mehldau:
“El primer día acudimos a un concierto de Brad Mehldau en el Liceo y luego cenamos en un tailandés.”
Editorial Anagrama, edición 2018.