El título del libro alude a hechos oídos, que no escritos o documentados. La autora escuchaba a su abuela Gloria frases recurrentes en torno a un hermano y por tanto tío abuelo suyo, un tal manuel, así, en minúsculas figura en el libro. Susana no quiere que se erija como protagonista del libro. En cambio sí quienes lo padecieron, su abuela Gloria y su hermana Ubaldina.Esas frases repetidas de su abuela, en el libro aparecen de modo intermitente a modo de coro griego: «si fue así de malo con la familia, cómo sería con los de fuera, imaginaba la abuela gloria.»Susana trataba de hacer contar a su abuela cosas de su hermano, pero jamás accedió. Mantuvo siempre un silencio en torno a él, pero la nieta sabe que ella ocultaba mucho en torno a su hermano: «… y con esa especulación mentía. porque ella sabía, bien lo sabía, cómo había sido el tío manuel con los de fuera; pero por bondad, o mejor, por su sentido de la honra familiar, aunque pudiera imaginarla, la abuela no era capaz de pronunciar la infamia, de hacerla palabra.
o quizás pensaba, acertadamente además, que no decir las cosas era la mejor manera de borrarlas, de hacer desaparecer, unos hechos, que, de solo pensarlos, la horrorizaban».
A raíz de esas cosas oídas a su abuela y a rumores de la gente del pueblo e incluso una esquela aparecida en un periódico que publicó el Ayuntamiento de Ribadumia como homenaje a su tío porque había sido alcalde en el año 1940; fue interesándose cada vez más en esclarecer cuestiones oscuras en relación a su tío.
Con el proceso de recuperación de memoria histórica de los últimos años, entre 2009 y 2010 se hallan los cuerpos de dos vecinos de Cambados que fueron «paseados» y ejecutados en 1936, lo cuenta en el libro Susana, de este modo:
«en otoño de 2009, arqueólogas y auxiliares de la asociación para la recuperación de la memoria histórica localizaron en el atrio de la iglesia de curro, en barro, los restos de ramón barreiro y castor cordal, paseados en septiembre del treinta y seis. al forense le fue fácil identificar los cuerpos: al de ramón le faltaba un dedo. los rumores afirmaban que se lo habían cortado para robar un anillo.
en la primavera de 2010, estación más apropiada, fue organizado en cambados el acto de entrega de los cuerpos a sus familias, que por fin, podrían desenterrar su historia y dar sepultura a sus muertos. para josefina cordal, que tenía nueve años cuando asesinaron a su hermano y ochenta y tres cuando recibió sus restos, ese día fue el más feliz de su vida, su hermano dejaba de yacer al margen, entre piedras:
—qué mejor ofrenda puedo hacer a mi padre, a mi madre, que este ramillete de huesos».
A raíz de todo ello la escritora se asustó porque los dos hombres fueron «paseados» desde Cambados a Pontevedra y en su itinerario pasaron por las tierras de sus antepasados o de su tío manuel, que se había apropiado de ellas; su tío podía haber participado como ejecutor de los dos hombres. En clase donde imparte enseñanza, un alumno era bisobrino del tío asesinado. Susana comentó al chico que un tío suyo podía ser su asesino, originando un revuelo en la clase. La profesora contó cosas que sabía y los chicos mostraron verdadero interés en conocer los hechos. De este modo la autora comenzó a investigar más profundamente, principalmente para poder contar a los chicos las cosas que ocurrieron en aquellos oscuros años.
Su tío era Falangista y no encontró apenas datos. Acudió a los Archivos de la Falange, atravesando algunos requisitos previos para poder ver documentos. Pero desde 1936 a 1942, no existían datos, debían haberse borrado o destruido, como ella misma indica en la obra, aunque su tío pertenecía al bando de los vencedores, se ocupo en borrar todas las pruebas de sus delitos: «siempre se dice que la historia la escriben los vencedores, pero también es cierto que la inescriben. y así, el tío manuel, que era malo y fue malo, solo permanece en los registros de la historia local como alcalde de su pueblo durante unos años. y nada más».
Al no hallar datos referentes a su tío, acudió a la memoria familiar. La abuela Gloria ni con demencia senil contaba nada de su hermano. Tenía otra hermana mayor que ella, Ubaldina y la autora habló con su hija Casilda. Casilda refirió a Susana muchos datos sobre su tío, porque su madre en vez de callarse como su hermana Gloria, decidió contar lo que sabía a sus hijas.
En las fotos que veía la autora, su tío vestía camisa azul, tenía una mirada arrogante y portaba una pistola al cinto: «cuenta casilda: yo al tío manuel siempre lo recuerdo con la pistola al cinto».
El tío abusó del poder que tenía siendo alcalde y falangista para despojar a su propia familia de las tierras de la herencia:
«Una vez supimos que el tío manuel había sido alcalde en el año cuarenta, cuatro después del año triunfal, enseguida entendimos cómo había podido quedarse con toda la herencia. no era que la abuela gloria no fuese espabilada, ni que el abuelo ramiro fuese un don nadie. la verdad, el tío manuel era amigo del glorioso movimiento y podía falsear particiones y testamentos con un cómplice silencio administrativo».
Había otro tío falangista, Susana no entendía a su abuela Gloria, los matices, dentro de lo poco que contaba, entre los dos tíos falangistas: «el tío manuel y el tío ramón da veiga da vila no eran iguales. el tío ramón también era falangista, pero de los buenos.
yo nunca había entendido muy bien este matiz en el habla de la abuela gloria».
Por lo visto el otro tío, había ayudado a escapar a algún vecino amenazado por la cuadrilla de manuel.
En esta importante labor memorística, subyacen en la autora dos interrogantes básicos ante hechos no verificados por escrito: «¿qué no sabemos ni sabremos nunca? ¿qué hay de cierto en lo que sí sabemos?».
Arins entiende que hay que hablar de aquellas gentes, hay que darles un lugar, se necesita consignarlo, de ahí la importancia del rescate de la memoria: «ahí reside la importancia de la memoria. en dar espacio a los nombres y a los hechos. en dejar un lugar donde puedan vivir las personas.» «las vidas son vidas cuando son nombradas y habladas y dichas.» Consignando también a los represores que no dejaron constancia de sus acciones: «¿por qué escribimos sobre ellas? porque no son dignas del anonimato. porque sí vivieron sus vidas y otras gentes las padecieron. porque causaron dolor y terror, miedo y muerte. porque fueron malas. y poderosas»».
Destaca en la obra, una iconografía del cine, del oeste fundamentalmente. Con clara intención por parte de la autora identificando al tío con pistoleros sin ninguna ley: «ignoraban las participantes de la conquista del oeste que era el mal quien guiaba los carros. el diablo sobre ruedas. el tío manuel».
La obra de Susana es valiente. Escarba en la memoria tratando de aclarar las sombras del pasado. Nombra a verdugos y víctimas. Y lo narra de forma poética, prácticamente oral en ocasiones, con inclusión de canciones, poesías, refranes o secuencias de películas. Poblada de silencios remarcando la ausencia de respuestas. Deja testimonio de un pasado que ella necesitaba saber y conocer para después desvelar tanto a jóvenes generaciones como al resto de lectores que se acerquen a esta enriquecedora lectura.
Gallego como Susana, es el legendario cantautor y folclorista, Emilio Cao. De 1981 es uno de sus mejores trabajos, «No manto da auga»:
[Arranged Violins, Horn] Bass, Cello, Rhythm Guitar – Juan Álvarez; Flute [Requinta] – Enrique Melio and Xoan R. Silvar; [Written-By, Arranged By, Producer] Harp, Vocals, Keyboards, Guitar, Bass, – Emilio Cao; Horn – Manuel Miguez; Percussion, Tabla – Beñat Amorena; Violin – Laura Quintillán, Marina Quintillán
Guimbarda Records, 1981
Editorial: De Conatus, Edición 2019
Colección: ¿Qué Nos Contamos Hoy?