La narración acontece en los años cincuenta. Contado desde el punto de vista de Eilis Lacey, joven originaria, al igual que Tóibín, de Enniscorthy; localidad del sudeste irlandés. Vive con su madre viuda y su hermana mayor Rose. Ante la falta de empleo, sus hermanos han tenido que trasladarse a Inglaterra. Rose tiene un trabajo en la localidad. En cambio Eilis encuentra dificultad en conseguir un empleo acorde a sus estudios contables. La oportunidad de trabajar llega desde Brooklyn.
Embed from Getty ImagesEl autor nos presenta una vida difícil en su localidad natal, con escasas posibilidades en los años cincuenta para poder quedarse. Los destinos en la búsqueda de empleo solían centrarse en Inglaterra y, si esto no era factible, en última instancia se presentaba Estados Unidos como destino final.
Ante Eilis se plantea la posibilidad de empleo por medio de un conocido de su madre, el padre Flood. Tiene una parroquia a su cargo en Brooklyn y puede conseguir un trabajo para la joven.
Colm nos acentúa las dudas e ingenuidad de Eilis ante el “sueño americano”:
“También tenía la sensación, aunque no sabía por qué, de que los chicos y las chicas de la ciudad que se iban a Inglaterra tenían trabajos corrientes con sueldos corrientes, y que la gente que iba a América podía hacerse rica. Intentó descubrir por qué había llegado a creer también que la gente de la ciudad que vivía en Inglaterra añoraba Enniscorthy, pero que los que se iban a América no añoraban su hogar. Al contrario, allí se sentían felices y satisfechos. Se preguntó si eso podía ser verdad”.
Tóibín muestra su habilidad en la narración al presentarnos en sus inicios un personaje indeciso, donde las decisiones en torno a ella son tomadas por otras personas. En el transcurso de la obra constataremos el cambio progresivo en la mentalidad de la chica. En cierto modo nos encontramos con una novela de aprendizaje, en cuanto al tránsito de la adolescencia a la etapa adulta.
El futuro se presenta prometedor para Eilis. Trabajará en un departamento de ventas con la posibilidad de ascender y. a su vez, podrá continuar en clases nocturnas sus estudios contables.
Pero Colm muestra también la otra cara de la moneda, las dificultades del emigrante, la soledad, la nostalgia. Con Eilis vivimos nosotros su propia angustia, mérito otra vez del autor:
“Era como el infierno, pensó, porque no podía verle el final ni el de los sentimientos que traía consigo, pero era un tormento extraño, estaba todo en su mente, era como cuando llega la noche y sabes que jamás volverás a ver nada a la luz del día. Eilis no sabía qué iba a hacer”.
Destaca la forma de retratarnos el ambiente de la época en la ciudad de Brooklyn. La población de emigrantes irlandeses e italianos, la enemistad existente entre ambos grupos. Las convenciones sociales dominantes. En la misma pensión donde se hospeda Eilis se observa un tipo de mentalidad cerrada, incluso las personas más jóvenes parecen pugnar por destacar ante el resto.
Queda constancia en el libro de la segregación racial. Un ejemplo lo tenemos en los propios almacenes donde trabaja Eilis. Debido al aumento de población negra en Brooklyn, en la tienda se habilita un lugar aparte de medias para las mujeres. El autor muestra las reacciones provocadas en los empleados:
“Durante la semana fueron más y, cada vez que entraban, Eilis percibía un cambio en el ambiente de la tienda, un silencio, una alerta; nadie parecía moverse cuando ellas lo hacían, por si se cruzaban en su camino; las demás vendedoras bajaban la vista y parecían muy ocupadas; después levantaban la vista en dirección al mostrador en el que estaban apiladas las medias rojizas y volvían a bajar la vista”.
Paulatinamente Eilis se va adaptando a la vida en Brooklyn y conocerá a gente especial para ella.
Por ciertas circunstancias tiene que volver por un tiempo a su tierra natal. Adquiere la obra en este punto la mayor intensidad, planteando Colm una serie de dilemas morales en su protagonista.
Observo cierto grado de semejanza entre la forma de narrar de Henry James y de Colm Tóibín. Su narración metódica y estructurada, el enfoque en el punto de vista del narrador y las dudas éticas y morales que viven sus personajes.
El autor presenta los hechos de forma neutra, no toma partido y es en la penetración psicológica del personaje donde muestra su maestría. Eilis es una joven introvertida con dificultad en mostrar sus sentimientos. Donde otros escritores hubieran fracasado en un personaje poco expresivo, Colm es capaz de hacernos sentir lo que Eilis está experimentando en cada momento.
Tóibín ha escrito una obra aparentemente sencilla en su capa superficial, siendo preciso fijarse en los detalles. Los silencios adquieren gran relevancia. La emigración con todo lo que conlleva determina el libro: expectativa, añoranza, soledad, tristeza, alegría; la extrañeza sentida tanto en la tierra natal como en la de acogida. Pero también encontramos otras vertientes en la novela, como el difícil tránsito a la edad adulta, la complicada toma de decisiones que involucran a otras personas y, principalmente; la búsqueda de identidad.
Eilis acude al baile donde se reúnen irlandeses. Entre los diferentes estilos de música que interpreta la banda, siempre hay lugar para tonadas irlandesas:
—La banda de Pat Sullivan es muy buena —dijo Sheila Heffernan—. Saben tocarlo todo, desde música irlandesa hasta valses y foxtrots y melodías americanas.
Editorial: Lumen, Edición 2016
Traducción: Ana Andrés Lleó