El editor ejerce de narrador en el libro. Por él, nos iremos enterando de todo el trasunto que plantea para llegar a la anciana y conseguir los papeles del poeta Aspern. Por supuesto, a James le interesa la inmersión en la mente del editor, su evolución moral.
Para conseguir sus propósitos, solicitará alquilar una habitación en el Palacio durante el verano. Debido a la necesidad pecuniaria de ambas mujeres, estas no dudaran en admitirlo.
Su deseo de conseguir la confianza de la anciana, pasa por tratar de ganarse a la sobrina. El descuidado jardín, a pesar de su ignorancia con las plantas le ofrece una estrategia:
“«Tengo que aprovechar el jardín… tengo que sacarle provecho al jardín», me repetía cinco minutos más tarde, mientras esperaba, ya en el palacio, en una sala larga y crepuscular, donde el suelo de scagliola se reflejaba tenuemente en una rendija de los postigos cerrados”.
La atmósfera que crea James irá acrecentándose poco a poco. Vamos observando los titubeos del narrador, la ceguera que va nublando todo sentido racional. Es significativa la manera de narrar del autor, otorgando al lector completa perspectiva de lo que va aconteciendo y lo que puede acontecer. Es testigo de la forma de pensar, de actuar y de la paulatina obsesión del narrador y personaje principal.
Es significativo el contraste que proporciona James en la vida rutinaria de las dos damas dentro del Palacio. En un momento dado el huésped hace notar a la sobrina, el aislamiento en el que viven:
“Su tía y usted son peores que esas carmelitas que viven encerradas en sus celdas. ¿Le importaría explicarme cómo sobreviven sin aire, sin ejercicio, sin ninguna clase de contacto humano? No entiendo siquiera cómo siguen con vida.
Me miró como si hubiese hablado en un idioma desconocido, y su respuesta fue tan escueta que suscitó mi irritación:
—Nos acostamos muy temprano… mucho más temprano de lo que se figura. —Estaba yo a punto de añadir que eso sólo contribuía a ahondar el misterio, cuando me proporcionó un poco de alivio diciendo—: Antes de su llegada, no vivíamos tan recluidas. Pero nunca he salido de noche”.
No cabe adentrarse más en la narración, desvelando más contenido. Merece la pena degustar la prosa refinada de James. Las acertadas descripciones y los ingeniosos diálogos.
Henry reflexiona en torno a una serie de cuestiones morales que convergen en el asunto principal: ¿Hasta qué punto es lícito inmiscuirse en la intimidad de las personas, sobrepasar ciertos límites sin importar los medios ni las formas para conseguir unos fines?.
Lo que James parece querer transmitirnos con su impecable narración es que lo verdaderamente importante, lo que hay que valorar, es la obra creativa de un autor, por encima de los aspectos íntimos de su vida privada.
Imaginemos ¡qué pensaría James hoy en día!, donde la privacidad es tan difícil de preservar.
Un poco de clásica experimental nos ambienta la narración. En “acción” La neoyorquina Jessica Pavone, compositora y viola, en el album: “In the Action”:
In the Action by Jessica Pavone
Birdwatcher Records 2019
Editorial: Alba, Edición 2014
Colección: Alba Clásica
Traducción: Catalina Martínez Muñoz