El poeta Konstandinos Kavafis se encuentra íntimamente asociado a Alejandría, pero no se debe olvidar su estancia de tres años en Constantinopla -crucial en su devenir-, ni su estadía en Inglaterra entre los 10 y 14 años, con su consiguiente educación inglesa. Pero realicemos un recorrido un poco más pormenorizado en torno a su figura, para conocer los aspectos esenciales de su vida y obra.

Es necesario acudir a la biografía del poeta, escrita por el crítico y escritor Robert Liddell. Como complemento se tornan muy útiles otros libros de consulta. En la segunda parte del artículo dedicado a Kavafis, detallaré la bibliografía empleada. No obstante, iré dejando constancia de ella a lo largo de esta primera. Kavafis fue articulista, crítico, ensayista y prosista, pero ante todo, fue poeta. Atendiendo a las fechas y temas que van surgiendo, se hace indispensable acompañar los textos con sus poemas correspondientes.

En cuanto a los poemas, conviene precisar que Kavafis nunca publicó en vida ningún libro de poesía. Tan sólo algunos poemas y pequeñas selecciones se fueron publicando en periódicos y revistas, más otros cuadernillos con unos poemas e incluso poemas sueltos que el poeta imprimía y entregaba a amigos y conocidos. Los llamados canónicos, es decir, los poemas considerados terminados por el poeta y publicables, constan de 153 poemas, más un borrador en el que andaba trabajando el poeta en el momento de fallecer, “En las afueras de Antioquía” y los editores lo dieron por bueno. En total, 154 poemas se publicaron en Alejandría en 1935, fallecido ya el poeta. Aléxandros Singópulos y su esposa, Rika Singópulos, fueron nombrados por el poeta como albacea. En 1963 confiaron el archivo a G. P. Savidis, quien iría publicando la obra incluyendo inéditos. A finales de 2012 la Fundación Onassis adquirió el archivo del poeta, facilitando la apertura de la totalidad de la obra al público, siendo especialmente interesante para estudiosos, traductores y editores.

Como el poeta se interesó por la genealogía de su familia cuando se encontraba viviendo en Constantinopla, diremos que el apellido Kavafis deriva de la palabra turca “zapatero”. La familia probablemente provenía de la frontera armenio-persa, pero sería conocida en Constantinopla desde el s. XVIII. Su abuelo, Yannis Kavafis (1779-1844), era un rico comerciante de buen trato pero frágil salud, que se casó con Fevronia (1783-1868), mujer de difícil carácter. Yorgos era su hijo mayor y llegó a Londres en 1827, comenzando a trabajar de oficinista. Su otro hijo, Petros Yannis (1814, Tesalónica), padre del poeta, se dirigió a Inglaterra en 1829, viviendo tres años en Manchester, dos en Londres y cinco entre Manchester y Liverpool, para regresar en 1846 a Constantinopla. En 1849 su hermano y él se establecieron como Cavafy Bros. Petros viajó mucho y a París, para viajes de recreo.

Petros Yannis padre
Petros Yannis, padre del poeta © Lacombe & Lacroix, Cavafy Archive Onassis Foundation

En Constantinopla viviendo en casa de su madre en Pera, se casó con Hariclía (1835-1899), futura madre del poeta. Era la hija mayor de Yorgos Fotiadis, comerciante de diamantes. La familia pertenecía a la aristocracia (aunque el negocio de su padre irá decayendo y cuando más tarde, como veremos, Hariclía vuelva a casa de su padre con tres de sus hijos, su padre se encontrará en situación precaria). Tras casarse Petros con Hariclía, la llevó a casa de su madre, mientras se ausentaba para administrar la empresa en Liverpool. Vivían con su madre igualmente, su hermano Dimitri, su mujer Smaragda y su hermana Roxandra.

Hariclía, década1860
Hariclía, madre del poeta, década de 1860 © Giuseppe Marzocchini Figlio, Cavafy A. Onassis F.

Tienen su primer hijo, Yorgos, en 1850. Se cierra la sucursal en Constantinopla y Petros lleva consigo a su mujer e hijo en 1850 a Inglaterra. En el viaje, se detienen en París. En agosto, Petros solicita la nacionalidad británica. Su domicilio se encuentra en New Broad Street. Toda la familia Kavafis vive en Stanford Hill, también en Londres. Hariclía tiene su segundo hijo, Petros, en marzo de 1851. En 1852 se establecen en Liverpool, en Bedford Street South. Puso a su joven esposa, profesores de inglés, griego y dibujo. Nace su tercer hijo, Arístides, en 1853, en Alejandría. A fines de 1854 o principios de 1855, se trasladaron a Alejandría, fundando una sucursal y estableciéndose en la “Okelle Zizinia”. Petros era uno de los más importantes comerciantes de Alejandría. Abrió una sucursal en Minia, en el alto Egipto y en 1860 fundó en Kafr el-Zayyat, una fábrica textil y un almacén para el comercio del algodón en las afueras de Alejandría. Nacieron cuatro hijos más, pero dos murieron, Helini (1855-1856), Aléxandros (1856-1905), Pavlos I (1858-1859) y Pavlos II (1860-1920). Yannis (1861-1923) nació durante un viaje a Constantinopla. Se mudaron a una zona distinguida, la rue Cherif, alquilando la “Okelle Zogheb”, donde Petros tenía también la oficina. Hariclía ansiaba una niña y nació en cambio nuestro poeta, Konstandinos, el 17 (contado a la manera antigua) o 29 (contado a la nueva), de abril de 1863. Era el preferido de Hariclía, volcándose en él. Lo vestía de manera similar a una niña y dejaba que le crecieran los rizos (se puede observar en la imagen inferior). Fue bautizado en la iglesia de la comunidad griega de Alejandría.

Yannis Konstandinos Pavlos II 1865
El poeta subido a la silla, Yannis, dcha. y Pavlos II, izda. 1865 © Giuseppe Marzocchini & Figlio, Cavafy A. Onassis F.

La colonia griega de Alejandría era pequeña, constaba de unas tres mil personas, pero el griego era una lengua hablada en la ciudad. Petros Yannis llevaba una vida lujosa, siendo su casa el centro de reunión de la alta sociedad alejandrina. Pero también lo gastaba, teniendo varios criados, nodriza inglesa, tutor francés, además de realizar viajes con Hariclía en verano por Francia e Italia y en invierno, por Egipto. No fue un hombre previsor y su naturaleza delicada aceleró su muerte el 10 de agosto de 1870. Konstandinos contaba con siete años y manifestó en alguna ocasión tener un vago recuerdo de su padre. Hariclía se mantuvo en Alejandría dos años y tras varios viajes por Europa, llegó a Liverpool en 1873, trasladándose en 1874 a Londres. Konstandinos estudió en una escuela inglesa.

Yannis Pavlos y Konstandinos 1873
De izda. a dcha.: Yannis, Pavlos y Konstandinos, Liverpool, 1873 © Vandyke & Brown, Cavafy A. Onassis F.

La economía familiar se resintió. El hermano mayor, Yorgos Kavafis, realizó inversiones fallidas y aún peor lo fueron las del hijo segundo, Petros, administrador del patrimonio. En 1874 mejoró ligeramente la economía familiar, pero al fin quebró, teniendo que vender Hariclía el mobiliario y parte de la vajilla, además de tener que regresar a Liverpool. Los hermanos mayores tuvieron que liquidar Cavalfy and Co. A finales de 1877 tuvieron que embarcar rumbo a Alejandría, estableciéndose de forma austera en la “Okelle Debanne” de la rue Mahamud Bajá el-Falaki. En el jardín del edificio Konstandinos jugaría y sería amigo de Ioanis Rodokanakis y Estéfano Skilitzis. Comenzaría a estudiar en el Instituto Hermes (escuela de comercio), entre 1881 y 1882 y allí se uniría al grupo de amigos, Mikés Ralis.

El 11 de junio de 1882 se producen unas revueltas nacionalistas egipcias, saldándose con más de treinta cristianos europeos asesinados. Los gobiernos europeos, incluido el inglés, aconsejaron a sus ciudadanos abandonar Alejandría. Hariclía y sus seis hijos tomaron un barco rumbo a Constantinopla. Se produjo poco después el bombardeo británico y la ocupación.

En Constantinopla (actual Estambul), Hariclía se reencuentra con su familia, salvo con su madre, que ya había fallecido. Junto a sus tres hijos, Alexandros, Pavlos y Konstandinos, se instalan en el barrio de Yeniköy en una villa de su padre. Vivían también allí, además de su padre, Fotios, hermano de Hariclía, su mujer y dos hijos. La situación era precaria y apenas podía pagar el anciano el alquiler de la casa. La tía paterna del poeta, Roxandra Plexos, vivía en la rue céntrica de Taxim y esto lo aprovechó Konstandinos para ir a visitarla a menudo, alojándose y alternando algunas noches. Yannis, oficinista en Alejandría, se carteó con Konstandinos, informándole de los destrozos del bombardeo en la casa, del rescate de documentos de su escritorio y la pérdida del resto en otras habitaciones de la casa. Lamenta el poeta la pérdida de algunos documentos. También intercambiaron opiniones de literatos franceses e ingleses, La Fontaine, Balzac, Thackeray, Tennyson, Browning… y de sus poemas respectivos, ya que Yannis, también escribía poesía, aunque su poesía nunca tuvo mucho valor, quizás por estar plasmada en inglés, caso contrario a Konstandinos, que salvo algunos poemas, fue escrita en griego. En cambio la correspondencia normalmente Kavafis la escribía en inglés al igual que sus interlocutores. La relación fraternal entre Yannis y Konstandinos fue muy estrecha. En esta época, Konstandinos comienza a interesarse por la historia de Bizancio, la nueva poesía griega y la lectura de libros que trataban sobre el más allá y lo sobrenatural. Se afana en descubrir sobre su genealogía durante estos años en Constantinopla, recogiendo cuanto puede de la familia de su padre, de labios de su tía paterna, Roxandra Plexos y de la familia de su madre, por parte de su abuelo materno, Yorgos Fotiadis.

Konstandinos amó Constantinopla y las localidades cercanas, Kalinderi, Therapiá y Nicori, sobre las que escribió algún poema, como “Nicori”, cuyos primeros versos siguen así: “Cuando veas, extranjero, una aldea donde la naturaleza sonría, / y bajo cada plátano se esconda una muchacha, / bella como una rosa -detente allí-; / has llegado, extranjero, a Nicori”. (De Poemas inéditos, 1885. Traducción de Pedro Bádenas. “Cavafis. Poesía completa” Blu. Ed. Almuzara, 2017).

Parece haber tenido alguna experiencia heterosexual. Se producen los primeros contactos homosexuales con su primo, Yorgos Psilíaris, hijo de su tía materna, Amalia Calinus. Él será quien lleve a Kavafis a un burdel por primera vez.

Yorgos Psiliaris
Se supone que sea Yorgos Psilíaris, primo del poeta © Andriomenos, N., Cavafy A. Onassis F.

Sobre esas experiencias, escribiría un poema el poeta años después, “Κι ακούμπησα και πλάγιασα στες κλίνες των” (Y en sus lechos me recliné y me eché).

Hariclía regresa en octubre de 1885 a Alejandría, junto a sus tres hijos, Aléxandros, Pavlos y Konstandinos. Se alojan en la rue Tawfiq, en la “Okelle Spanópulos”. La casa previamente había sido alquilada y amueblada por los restantes hijos. La ciudad todavía se resentía de los efectos de los bombardeos y la ocupación.

Existía una división en Alejandría, los protoclasati o colonos antiguos, antibritánicos y partidarios de Deliyannis en Grecia y los defteroclasati o colonos llegados más tarde, probritánicos y partidarios de Trikupis. La familia Kavafis puede que mirara a estos nuevos ricos con recelo y envidia. Ellos, tras lo dilapidado, más lo perdido en el bombardeo, contaba Madame Coletti (hija de Alexandros), que su padre manifestaba que vivían un poco avergonzados y ausentes, además de especificar que si no hubiera escrito su tío, el poeta, el apellido Kavafis hubiera caído en el olvido. Alejandría será a partir de entonces para el poeta, su hogar definitivo y sólo saldrá para viajes ocasionales o para ir a El Cairo.

El regreso se tornaba complicado para su madre y los chicos. Poco a poco la situación fue cambiando. Petros trabajaba en el Departamento de la Salud, Arístidis era agente de bolsa, Aléxandros trabajaba para Thomas Cook and Son, Pavlos estaba en el ayuntamiento y Yannis en la agencia Moss. Más tarde, Konstandinos trabajó de oficinista empleado por Arístidis, quien se casó y asoció con el hermano de su mujer, pero poco después la abandonó y huyó a Marsella con dinero de la empresa. Tiempo después regresó y continuó trabajando de oficinista hasta que se estableció en El Cairo, ocupando un cargo importante en una empresa de cigarrillos. Allí, fallecería en 1902, con tan sólo 41 años. Konstandinos renuncia a la nacionalidad británica en favor de la griega. Con ayuda de la madre y de su hermano Petros, se dedica a su creación poética y al estudio de la historia y literatura helenísticas. Kavafis cada vez vez piensa y siente más como un heleno.

En 1886 Konstandinos comienza a colaborar de manera esporádica en el diario griego de Alejandría, Tilégrafos. Esto le permite acceder a la Bolsa.

Se producen en estos años dos procesos dolorosos, la muerte temprana de sus amigos, Stéfanos Skilitsis con 19 años, en 1886, y Mikés Ralis, de 23 años, en 1889. La correspondencia entre los amigos de su etapa en Constantinopla, se conserva en el archivo del poeta. Por lo que se desprende de la lectura de las cartas, los amigos no tienen conocimiento de su homosexualidad. En la correspondencia, Mikés y Stéfanos manifiestan sus inquietudes sexuales, siendo Kavafis más reservado, lo cual le recrimina especialmente Mikés. Ambos valoran su cultura y su labor poética. Entre los Borradores de Kavafis se conserva una nota necrológica del fallecimiento de Stéfanos, publicada en el Tilégrafos de Alejandría el 9 de abril de 1896, seguido de un poema dedicado a él. Los primeros versos siguen así: “Si las almas son inmortales como dicen, / tu espíritu, Esteban, quizá, vague entre nosotros, / y te sientas complacido cuando tu nombre / escuches en nuestros labios y nuestros fieles pensamientos / con tu amado recuerdo se conmuevan”. (Traducción de Pedro Bádenas de la Peña).

En 1888 Konstandinos trabaja como corredor en la Bolsa del Algodón de Alejandría. En 1889 comienza a cumplir las labores ad honorem en el Departamento de Riego del Ministerio de Obras Públicas. Los tres primeros años no percibió salario. Trabajaría durante treinta años sin ocupar un puesto fijo, debido a su origen griego. Siempre renegó del trabajo al considerar que impedía su plena dedicación a su vocación poética. Escogió el rutinario puesto porque al menos le permitía disponer de las tardes libres para ocuparse en la lectura y la escritura.

Pero Konstandinos tenía claro que su oficio en la vida tenía que ser el de poeta. Pudiendo dedicarse al Comercio o la Bolsa, incluso a la faceta de profesor, decide que su oficio sea el de poeta y en su último pasaporte hace que conste así, al igual que desea que se le grabe en su lápida funeraria.

Si en Constantinopla el poeta se ha interesado por la historia bizantina, en Alejandría se interesa por el período helenístico. En los poemas de tema antiguo, se centra en la Grecia helenística, apenas pone su mirada en la Grecia clásica y arcaica, “Termópilas”, “Demarato” y algún que otro poema más, son excepciones. El reconocido poema “Termópilas” hace referencia a la batalla en el desfiladero del mismo nombre, en el que mueren el rey espartano Leónidas y sus leales soldados, luchando contra las tropas persas de Jerjes. Efialtes los traiciona, abriendo a los persas el paso del desfiladero.

Ese mismo año se publica un texto de Konstandinos en el diario Konstantinúpolis de Constantinopla. Le publicarán otro texto más adelante, el cual se publicará también en el diario Omonia de Alejandría. En la revista Hésperos, en Leipzig se publica el poema, “Báquico” y el mismo año el poema, “El poeta y la musa” y la adaptación de la balada escocesa, “Auld Robin Gray” de Anne Lindsay-Barnard, “Vano, vano amor”. Obtiene carnet de periodista del diario Tilégrafos de Alejandría.

Tras la pérdida de Stéfanos, en 1889 fallece su segundo amigo, Mikés Ralis, otro duro golpe para el poeta. Deja constancia en un diario de los quince dolorosos días de enfermedad previos al fallecimiento de su amigo. Cuando el médico confirma a Konstandinos que no mejorará, refleja que no durmió esa noche. Año y medio después, el 17 de marzo de 1891, fallecerá de improviso su hermano Petros, con 40 años, en Alejandría. El poeta señala la constitución fuerte, pero también el descuido en que vivía su hermano. Era secretario del Consejo de Liquidaciones desde 1881 y tenía concedida una medalla honorífica por el gobierno egipcio. El poema “Φωναί Γλυκείαι” (Dulces Voces), refleja el dolor por estas tempranas pérdidas. En estas fases tempranas de su poesía se puede observar la influencia del simbolismo francés, Rimbaud, Baudelaire o Verlaine.

El poema constituirá el precedente del poema canónico posterior compuesto en 1904, “Φωνές” (Voces).

Konstandinos publicará a partir de estos años, artículos en periódicos y revistas. Destaca un artículo sobre Shakespeare en la revista griega Clío, en Leipzig o un artículo en el periódico Tilégrafos de Alejandría en 1892, donde demuestra su amor por los períodos helenístico y bizantino de la cultura griega: “Los griegos debemos estudiar científicamente nuestra poesía -la poesía de todas las épocas de nuestra vida como nación-. En ella encontraremos el genio de nuestra estirpe y toda la ternura y las más venerables vibraciones del corazón del helenismo”. (“Los poetas bizantinos” en Tilegrafos. 11/23 de abril de 1892 “Cavafis. Selección de prosas”. Blu. Ed. Almuzara. Traducción de Pedro Bádenas de la Peña). En el mismo periódico, tiene un hermoso texto sobre Filóstrato y su “Vida de Apolonio”, enlazándolo con el poema de Keats, “Lamia”, “La Vida de Apolonio de Filóstrato es un libro conocido de todos, pero que muchos no han leído, aunque es una obra sumamente insólita y cuya lectura compensa… La fantasía de Apolonio posee una especial gracia poética. Poética, sobre todo. Por lo menos tal fue la impresión que me hizo La Vida de Apolonio… Sin embargo, sólo conozco un único poeta que lo haya aprovechado. Lo cierto es que ese poeta, el inglés Keats, fue quien supo explotar dignamente a Filóstrato, componiendo con bello lenguaje un hermosísimo poema”. (“Lamia” en Tilégrafos 24 de octubre/5 de noviembre de 1892 “Cavafis. Selección de prosas”. Blu. Ed. Almuzara. Traducción de Pedro Bádenas de la Peña). Según nos indica Pedro Bádenas en las notas, tres poemas de Kavafis están inspirados en Apolonio de Tiana (filósofo y místico neopitagórico del siglo I d. C.), “Si es que murió”, “En los claros de la alameda” y “Los sabios saben lo que se avecina”.

En 1894 escribe artículos sobre Homero y “La Odisea”, Dante y “La Divina Comedia” o sobre Tennysson. En este mismo año, ser Agente de cambio y bolsa, permite a Kavafis aumentar sus ingresos. Hay que poner en valor la figura de Periclís Anastiasidis, miembro de la Bolsa. Criado y educado en Inglaterra, será un bastión para el poeta. Le gusta pintar y ejercer de crítico literario. Admira la poesía de Kavafis y siempre le animará a seguir escribiendo. Se convierte en un buen amigo y su propio archivo con notas, escritos y documentos del poeta, será fundamental para la recopilación de material sobre él. Su fondo se conocerá como “Archivo Anastiasidis”.

Periclis Anastisiadis
Periclís Anastiasidis, amigo de Kavafis © Alban & Co., Cavafy A. Onassis F.

Konstandinos vive una lucha interior en torno a su sexualidad y la conciencia de culpa por su sentido religioso, del que se irá alejando con los años. Hay varios poemas que exaltan su fe como “En el cementerio” o “El más allá”, pero “Terror” (Τρόμος), poema inédito de 1894 que no destruyó, muestra esa confrontación entre las tentaciones sexuales y sus creencias religiosas.

En febrero de 1897, en el poema “Lo imposible” (Αδύνατα), parece indicar el poeta que no acaba de asumir su condición sexual.

Pero escribe en este mes otro poema que sugiere lo contrario, “Suma” (Πρόσθεσις), en el que se siente orgulloso por seguir su propio camino alejado del “conjunto” de la gente.

En enero de 1896 fallece en Constantinopla su abuelo materno Yorgos Fotiadis. Colabora en este tiempo con el diario Phare D’Alexandrie.

El 17 de abril de 1897 estalla la guerra greco-turca debido a unas revueltas armadas en Macedonia. Un mes después se produce la derrota del ejército griego. Entre mayo y junio del mismo año, en las vacaciones, Konstandinos viaja con su hermano Yannis por Francia e Inglaterra. Se sabe que visitaron Versalles, y en París asistieron a la representaciones de “Fausto” en la Ópera y de “El Barbero de Sevilla”. Acuden a la exposición de pintura de Theodoros Ralis, en la que el cuadro “La prière” o algún otro de Ralis sobre el mismo tema, parecen haber servido de inspiración para el poema “Δέησις” (Súplica).

En Londres además de visitar a la familia, acudieron al Victoria Eran Exhibition, al Earls Count y la Royal Academy, entre otros. De vuelta a París visitaron nuevos lugares, volviendo a embarcar en Marsella y regresando a Alejandría.

Konstandinos Fettel y Bernard Alejandría 1896
Konstandinos, Alejandría, 1896 © Fettel y Bernard, Cavafy A. Onassis F.

La incomprensión y la soledad son temas recurrentes en la poesía de Kavafis, consecuencia de los prejuicios morales y sociales existentes en la sociedad de su tiempo. Su condición sexual no podía ser explícita y tan sólo podía encontrar cierto alivio a su situación, en las salidas nocturnas. Parece dar a entender el poeta una relación de amor-odio hacia Alejandría. Se puede observar la reflexión resignada de su aislamiento, en el poema “Murallas”. Escrito en septiembre de 1890 con otro título, fue publicado en hoja suelta en 1897. Su biógrafo Robert Liddell interpreta el poema como “un grito de índole universal, un grito contra la soledad de la condición humana y las barreras que nosotros nos creamos o dejamos que se formen en torno a nosotros -tal vez la sensación de aislamiento que Yannis y Konstandinos compartían y que les segregaba de su ambiente-“. (Robert Liddell en traducción de Carles Miralles “Kavafis. Una biografía” Paidos, 2004). Kavafis aludiría en ocasiones a una T (inicial de Τείχη, “murallas”), para expresar el estigma de su condición sexual. En sus notas el poeta escribe: “Se me pasó esta noche por la cabeza escribir sobre mi amor. Y, sin embargo, no lo voy a hacer. Qué fuerza tienen los prejuicios. Yo me he librado de ellos; pero pienso en los que son sus esclavos ante cuyos ojos puede caer este papel. Y me detengo. Qué mezquindad. Anotaré sin embargo una letra -T- como símbolo de este momento”. (En el manuscrito Kavafis tacha “de este sentimiento”, sustituyéndolo por “de este momento”. Nota de 9 de Noviembre de 1902. Edición de Savidis. Cavafis. Selección de prosas. Blu. Ed. Almuzara. Traducción y nota de Pedro Bádenas de la Peña).

Pero el tratar de salir de esas murallas para ir a otro lugar, como podemos observar en el poema, “La ciudad” (Η πόλις), tampoco es solución si los prejuicios son los mismos y uno es el mismo, además de existir la frustración por las expectativas incumplidas. Se presenta la dualidad del deseo de abandonar la ciudad y al mismo tiempo la imposibilidad de hacerlo. La primera versión data de 1894, con otro título. La publicaría Kavafis en 1910 en la revista Nea Tejni. José María Pou no puede recitar mejor el poema en traducción de Ramón IrigoyenFundación Juan March).

La ciudad (Η πόλις) 

Dijiste: «Iré a otra tierra, iré a algún otro mar.
Mejor que esta habrá alguna otra ciudad.
Una condena escrita es cada intento mío
y está mi corazón, como un muerto, en su nicho.
¿Hasta cuándo mi alma va a continuar tan lánguida?
Donde vuelvo la vista, mire a donde mire,
de mi vida las ruinas negras las veo aquí,
en donde tantos años pasé, arruiné y perdí».

No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares.
Tras ti irá la ciudad. Y por las mismas
calles vagarás. Y en los mismos barrios envejecerás
y canas te saldrán en estas mismas casas.
Siempre arribarás a esta ciudad. ¿A otra parte ir?
—no lo esperes—, ya no hay barco ni ruta para ti.
Al arruinar tu vida aquí, en este rincón mínimo,
para toda la tierra tú ya la has destruido.

Είπες· «Θα πάγω σ' άλλη γη, θα πάγω σ' άλλη θάλασσα.
Μια πόλις άλλη θα βρεθεί καλλίτερη απ' αυτή.
Κάθε προσπάθεια μου μια καταδίκη είναι γραφτή·
κ' είν' η καρδιά μου -σαν νεκρός- θαμένη.
Ο νους μου ως πότε μες στον μαρασμόν αυτόν θα μένει.
Οπου το μάτι μου γυρίσω, όπου κι αν δω
ερείπια μαύρα της ζωής μου βλέπω εδώ,
που τόσα χρόνια πέρασα και ρήμαξα και χάλασα.»

Καινούργιους τόπους δεν θα βρεις, δεν θάβρεις άλλες θάλασσες.
Η πόλις θα σε ακολουθεί. Στους δρόμους θα γυρνάς
τους ίδιους. Και στες γειτονιές τες ίδιες θα γερνάς·
και μες στα ίδια σπίτια αυτά θ' ασπρίζεις.
Πάντα στην πόλι αυτή θα φθάνεις. Για τα αλλού -μη ελπίζεις-
δεν έχει πλοίο για σε, δεν έχει οδό.
Ετσι που τη ζωή σου ρήμαξες εδώ
στην κώχη τούτη την μικρή, σ' όλην την γη την χάλασες.

De: Poemas canónicos I (1896-1918), 1910. Traducción de Ramón Irigoyen ("Poemas. C. P. Cavafis" Debolsillo, 2016)

Hariclía se sabe que ha perdido vista, impidiéndole la costura. Parece suplirlo con la comida dulce, produciéndole una subida de peso. Tras unos achaques se vuelve posesiva y los hijos que están cerca, entre ellos Konstandinos, tienen que turnarse para acompañarla. Konstandinos en sus diarios hace notar su falta de libertad para quedar con amigos, debido a la excesiva aprensión de su madre. La llegada de algún hermano más a Alejandría, alivia un poco la situación. Pero en la mañana del 4 de febrero de 1899, Hariclía había acudido con su hijo Pavlos a un salón fotográfico y a la salida se desplomó. Según la llevaban para casa perdió el conocimiento y el médico sólo pudo certificar su muerte a las cuatro de la tarde. Fue una gran pérdida de nuevo para el poeta. Escribe un sentido memorándum, donde entre otras palabras, podemos leer: “Digno del mayor elogio era su carácter. Su vida no fue feliz; pero ella fue siempre valerosa ante las adversidades; siempre fue digna e íntegra”. (Traducción de Miguel Castillo Didier en “Vida de Cavafis”. Ediciones UDP, 2014)

En este mismo año compone uno de los poemas más valorados por el público griego e incluso por él mismo, “Velas”. Basado en las velas de la liturgia ortodoxa, es una sutil y a la vez terrible alegoría sobre el paso del tiempo y el acercamiento a la vejez y la muerte. El poeta en 1906, escribe: “Qué engañoso es el Arte cuando quieres emplear la sinceridad. Te sientas y escribes -a partir de una idea vaga muchas veces- sobre sentimientos y después dudas con el tiempo si no te has equivocado. Sobre la vejez escribí “Velas”, “Las almas de los viejos”, “Un viejo”. Al ir acercándome a la vejez o a la mediana edad, he descubierto que mi último poema no contiene una apreciación correcta. Aunque creo que “Las almas de los viejos” es correcto. Pero si llego a los setenta años quizá lo encuentre también falso. “Velas” espero que sea cierto”. (Nota de 1906. Edición de Savidis “Cavafis. Selección de prosas”. Blu. Ed. Almuzara. Traducción de Pedro Bádenas de la Peña)

El infortunio continúa en la familia, si hacía poco que había fallecido la madre, regresa de Londres su hermano Yorgos muy enfermo, falleciendo el 5 de agosto de 1900.

Yorgos Kavafis
Yorgos Kavafis © London Stereoscopic Co. Cavafy A. Onassis F.

En 1901 se muda el poeta junto a Yannis y Pavlos a un piso de la calle Ramleh. Su buen amigo, Periclís Anastisiadis, subvenciona su primer viaje a Atenas. Junto a su hermano Aléxandros, visitan varias islas y Atenas, alojándose en un hotel. Kavafis llevó un diario, anotando sobre Atenas: “Por la tarde, recorrimos las calles más importantes. Una ciudad muy bonita -completamente europea, en la línea francesa e italiana-“. (Traducción de Miguel Castillo Didier en “Vida de Cavafis”. Ediciones UDP, 2014). Visitan ruinas, monumentos antiguos e iglesias bizantinas -una debilidad del poeta-, además de la Acrópolis, la cual le parece sublime. Visitan a su prima Amalia Pappos. Acuden a la representación de “La Boheme” y con frecuencia al teatro. El poeta se encontrará con otros escritores, pero principalmente conectará con Grigórios Xenópulos, autor de teatro y cuentos: “Dijo que admiraba mis poemas y yo le contesté que admiraba sus contes. Y mi respuesta era sincera”. En un posterior viaje, Xenópulos escribió sobre el poeta, “Muy oscuro de tez, como un egipcio aborigen, vestido con la elegancia de un alejandrino… Bajo la apariencia de un elegante y educado comerciante políglota, está cuidadosamente escondido el filósofo y el poeta”. (Traducción de Miguel Castillo Didier en “Vida de Cavafis”. Ediciones UDP, 2014). Konstandinos coincidirá también con jóvenes literatos amateurs.

Volvieron a Egipto deteniéndose varios días en Patrás. Salieron en barco, parando en Corfú. Llegaron a Brindisi y regresaron a Alejandría en barco. Su hermano Alexandros se casa poco después. Publica en la revista Panatenea, en la que colabora Xenópulos, el poema “Che fece… il gran rifiuto”. Tomado de una cita de Dante en “La Divina Comedia”. Dante condena al infierno al papa Celestino V por haber renunciado al papado para vivir una vida de ermitaño en Calabria. Kavafis, por el contrario, comprende y defiende su acción libremente elegida. El último verso evoca la condena de Celestino V por su sucesor Bonifacio VIII. Stratís Tsirkas apunta a que Kavafis también se podía referir a la renuncia del patriarca Joaquín III, en 1899, a un ofrecimiento de la sede episcopal de Alejandría e incluso que podía tratarse del propio poeta en su renuncia a la ciudadanía inglesa en 1885 y su negativa a participar en la guerra de 1897.

El 8 de enero de 1902, el poeta recibe otra mala noticia, la muerte de su hermano Arístidis en El Cairo. Es enterrado allí, pero años después se trasladarían los restos al panteón familiar en Chatby.

Aristidis Kavafis
Arístidis Kavafis, © Megalokonomos, K., Cavafy A. Onassis F.

Publica en Eyiptiakón Himeroloyion y Ethnikón Himeroloyion, varios poemas, entre ellos “Súplica”. Xenópulos le agradece a Konstandinos el envío de doce de sus poemas manuscritos. Más adelante, escribirá un artículo en la revista Panatenea elogiando los poemas de Kavafis.

Savidis publicará en 1963 y 1987, unas “Notas inéditas de poética y moral 1902-1911”, del poeta. En ellas el poeta muestra su aflicción por la muerte de jóvenes, como la de sus dos amigos de infancia y juventud. En una nota refiere la muerte de un joven de 17 años, Max N. Sokolis, del que no se tienen noticias: “Tu muerte me conmovió y con emoción leí la descripción de tu funeral blanco y con flores blancas, con toda la aristocracia de la ciudad que lo seguía, honrándote. Y tú moriste de 17 años, por el placer. Placer grande, inocente y poético. Murió 5.2.1901 Fue sepultado 6-2-1901”. (Nota de 1901, en Edición de Savidis. Citada y traducida en “Vida de Kavafis” Miguel Castillo Didier. Ediciones UDP, 2014). Sobre este tema, además de algún poema ya citado, son buenos ejemplos “Cesarión” y “Aristóbulo”, pero me quiero detener en el poema “27 de junio de 1906, 2 p. m.” (27 Ιουνίου 1906, 2 μ.μ.). El suceso que inspira el poema lo cuenta Liddell. En junio de 1906, oficiales y soldados británicos camino de El Cairo a Alejandría, se detienen en el pueblo de Denshawi. Se divierten cazando palomas domésticas de la gente del pueblo, dando lugar a un enfrentamiento. Un capitán llamado Boyle (o Bull) es alcanzado en la frente con una piedra. De vuelta al campamento bajo fuerte sol, el capitán muere de insolación. Por las leyes medievales y excesivas, algunos fellahin de Denshawi fueron sentenciados a la horca, entre ellos el muchacho de 17 años que figura en el poema.

Apenas dejó constancia el poeta de cuestiones políticas, pero enlazando con el poema anterior, es de suma importancia una nota de 1902, donde muestra sus firmes convicciones en contra de la pena de muerte, manifestándolo públicamente y de manera notoria: “Censuro, por ejemplo, la pena de muerte. En cuanto surge la ocasión, lo proclamo, no porque crea que por decirlo yo vayan los estados a abolirla mañana, sino porque estoy convencido de que diciéndolo contribuyo al triunfo de mi opinión. Es indiferente que nadie esté de acuerdo conmigo. Mis palabras no se van de vacío. Quizá alguien las repita y puedan llegar a oídos que las escuchen y se animen. Puede que alguno de los que ahora no las comparten, en el futuro, las recuerde en una circunstancia propicia, y que, coincidiendo con otras circunstancias, se convenza o ponga en tela de juicio su convicción opuesta”. (Nota de 19 de Octubre de 1902. Edición de Savidis “Cavafis. Selección de prosas”. Blu. Ed. Almuzara. Traducción de Pedro Bádenas de la Peña).

Ya he citado alguna nota sobre la verdad en el arte. En 1902, vuelve a referirse a ello. Kavafis nunca vivió en el campo y escribió un poema sobre él. Se pregunta entonces sobre su insinceridad o no: “En el momento en que escribí los versos, ¿no tenía acaso una sinceridad artística? ¿No me lo imaginaba yo de tal manera que fuera como si en verdad hubiera vivido en el campo?” (Nota de julio de 1902, en Edición de Savidis. Citada y traducida en “Vida de Kavafis” Miguel Castillo Didier. Ediciones UDP)

En este mismo año, Yannis se marcha a Estambul y Pavlos a Londres. Konstandinos deja su empleo en la Bolsa al serle aumentado el sueldo en el Ministerio de Riegos.

En agosto de 1903, realiza Konstandinos su segundo viaje a Atenas, acompañado de su hermano Aléxandros, que al parecer, se encuentra bastante enfermo. No deja constancia en un diario, como en su primer viaje. Vuelve a encontrarse con Xenópulos. Coincidió con el poeta y colaborador de la revista Panatenea, Aléxdandros Mavrudis, del que parece que se enamoró. Recuerda ese amor en poemas como “Septiembre de 1903” (Ο Σεπτέμβρης του 1903) y “Diciembre de 1903” (Ο Δεκέμβρης του 1903) .

En noviembre, regresaron a Alejandría. El 30 de noviembre aparece en la revista Panatenea, “Un poeta”, histórico artículo de Xenópulos sobre Kavafis. Algunas palabras del artículo: “Poco a poco, mi interés se trocó en estimación; y un día, repentinamente, observé con sorpresa y temor que la estimación había llegado a los peligrosos límites de la admiración. Porque no carece en absoluto de peligro, créanme ustedes, el admirar a un poeta que se llama Kavafis y es alejandrino y no ha escrito hasta ahora sino doce o a lo mucho quince poemas -y éstos sin haber sido reunidos nunca ni impresos en papel japonés- y sobre el cual nunca se ha escrito un artículo en ningún diario, y cuyo nombre no ha aparecido nunca en ninguna parte, sino contadas veces bajo sus escasos versos”. (Citada y traducida en “Vida de Kavafis” Miguel Castillo Didier. Ediciones UDP). Continuaba Xenópulos incluyendo en el artículo, doce poemas, de los cuales comentará ocho.

Sin fecha pero ordenado en las notas de poética y moral, antes de 1905, tenemos una donde Kavafis, que era un escrupuloso revisor y corrector de sus poemas, siendo su mayor autocrítico, nos deja estas palabras: “Se requiere tiempo para hallar los defectos de los grandes poemas. La primera sensación que producen los grandes poemas cuando se publican es la admiración y hasta que se pasa o transforma la admiración, incluso los críticos más agudos no pueden apreciar los defectos. Esto se debe a la curiosa naturaleza del hombre, que no puede juzgar si no admira”. (Nota sin fecha ordenada antes de 1905. Edición de Savidis “Cavafis. Selección de prosas”. Blu. Ed. Almuzara, 2017. Traducción de Pedro Bádenas de la Peña).

En 1904 Kavafis publica un cuadernillo con 14 poemas en una tirada de 100 ejemplares. Además de familiares y amigos, lo regala a Xenópulos, Mikhailidis (revista Panatenea) y Aléxandros Mavrudis. Yannis tiene que trasladarse a El Cairo. Konstandinos y su hermano Pavlos se mudan a una casa de planta baja en la rue Rosette, número 17.

Escrito en 1898, publica en 1904 el reconocidísimo poema, “Esperando a los bárbaros” (Περιμένοντας τους Βαρβάρους), en hoja suelta. El poema se ha prestado a múltiples interpretaciones. Liddell duda de la expuesta por Pavlos Pretidis, en la que resumiendo: “fascinante visión del poeta que se transporta a una ciudad imaginaria cuyos habitantes, habiendo desarrollado un alto grado de civilización, se encuentran presos de una deliciosa nostalgia por las épocas pasadas cuya memoria se ha perdido en la noche del tiempo”. (“Kavafis. Una biografía” Robert Liddell. Traducción de Carles Miralles. Paidós, 2004). Tampoco está de acuerdo con la interpretación de S. Tsirkas, quien cree que la ciudad es Alejandría, relacionándolo con los acontecimientos de 1898. “El poema fue escrito en diciembre de 1898. Tres meses antes Kitchener derrotó a los últimos mahdistas en Ummdurman y hasta entonces Egipto todavía temió una invasión”. (Robert Liddell en traducción de Carles Miralles “Kavafis. Una biografía” Paidos, 2004). Javier Arce, en “Bárbaros y romanos en Hispania (400-507 A.D.)” (Marcial Pons Historia, 2017), ofrece una sugerente versión: “Personalmente, prefiero ver en el poema un significado mucho más universal, amplio y paradigmático y una referencia precisa al mundo romano-bizantino del que, por otro lado, Cavafis tenía un amplio conocimiento. La descripción de Cavafis de los cónsules, del emperador, de los pretores, implica una visión plástica concreta —yo sugeriría que Cavafis había visto o tenía presentes los dípticos consulares (¿de la colección Benaki?) o, ciertamente, de alguna iconografía bizantina—. Y la referencia al agotamiento del mundo romano parece ineludible… Se espera a los bárbaros como una solución de eventual revitalización. Desde luego no se les mira como destructores ni como enemigos. Se sabe que no tienen la cultura de la palabra (por eso los rétores que repiten siempre lo mismo, «lo que hay que decir» en cada momento, no vienen a recibirlos). Pero esos bárbaros no vienen porque no existen”.

De lo que no hay que dudar es de la fina ironía empleada por el poeta en el poema.

Nada mejor que el recitado del maestro José María Pou, con traducción de Ramón Irigoyen, realizado en la © Fundación Juan March.

El año 1905 no muy bueno para él, porque en abril —por lo que se sabe por una carta que le ha enviado Yannis—, Konstandinos le comentaba preocupado que le habían detectado una hernia. Su hermano lo tranquiliza diciéndole que no es una dolencia grave y pidiéndole que mantenga ciertas precauciones.

Cabe hacer una precisión en torno a la correspondencia de Kavafis. Él era una persona muy metódica y ordenada. En su archivo guardaba todas las cartas que le llegaban y las ordenaba con el nombre del remitente en cada bloque. Por contra, las cartas que él envió a sus hermanos y conocidos, la mayor parte, no se han podido localizar.

Lo grave del año llega cuando el 11 de agosto tiene que partir a Atenas, en lo que constituirá su tercer y más doloroso viaje, debido a la grave enfermedad de su hermano Aléxandros, por causa del tifus. Lo asiste hasta su fallecimiento el 21 de agosto, dándole allí sepultura. Contaba con tan sólo 49 años. Konstandinos no quedó muy conforme con dos médicos que trataron a su hermano.

Un poco antes de la muerte de su hermano, el poeta tiene una nota escrita en junio de 1905, donde vuelve a lamentarse por el desperdicio de tiempo en un trabajo que no le gusta, en perjuicio de la creación poética. El caso viene por una visita de un joven poeta que le cuenta a Kavafis las dificultades para sobrevivir siendo poeta. El joven queda impresionado por su casa, su criado y su ropa cuidada. Konstandinos trata de consolarlo y le explica el precio que tiene que pagar por ello: “No quise dejarlo en su error y le dirigí unas palabras, más o menos como las siguientes. Que su situación era desagradable y delicada, pero qué caros me salían mis pequeños lujos. Para conseguirlos tuve que salir de mi línea natural y me hice funcionario del gobierno (qué ridículo), y gasto y pierdo tantas horas al día (a las que hay que añadir también las horas de cansancio y apatía que vienen luego). Qué pérdida de tiempo, que pérdida, que traición a uno mismo. Mientras que aquel pobre hombre no pierde ni una hora; está siempre ahí, fiel hijo del deber del Arte. Cuántas veces en mi trabajo me viene una idea hermosa, una rara imagen, como repentinos versos acabados y me veo forzado a descuidarlos, porque el servicio no puede posponerse. En cuanto vuelvo a mi casa, cuando me he recuperado un poco, intento recordarlos, pero ya se han ido”. (Nota de junio de 1905. “Cavafis. Selección de prosas”. Blu. Ed. Almuzara. Traducción de Pedro Bádenas de la Peña).

En otra nota de julio, vuelve a hablar sobre la verdad en la poesía: “Como el buen sastre que hace un traje que le cae estupendamente a una persona (tal vez a dos); y un abrigo que puede irles bien a dos y tres, así también yo, mis poemas pueden ajustarse -to fit-, a un caso (quizá a dos o tres). La comparación es un poco humillante (en apariencia sólo); pero creo que está bien traída y que sirve de consuelo. Si mis poemas no tienen una aplicación general, la tienen parcial. Esto no es poco. Tienen así garantizada su verdad”. (Nota de 9 de julio de 1905. Traducción de Pedro Bádenas, Op. cit.).

Konstandinos y Pavlos siguen juntos en la misma vivienda. Se sabe que tenían un carruaje en el que se paseaban los dos. Por las noches solían salir juntos y bebían oporto con los amigos en los cafés y jugaban a las cartas.

En noviembre aparece en Panatenea el poema épico de corte pesimista, en torno al destino, “Troyanos” (Τρώες). Según nos aclara Bádenas en las notas, los versos 7 y 8 son una adaptación de La Ilíada. Los versos 13 y 14 se refieren por igual a la huida de los troyanos como a Héctor en su duelo con Aquiles. El verso 18 se refiere al lamento de Príamo.

En octubre y diciembre escribe sendas notas sobre la rígida moral inglesa: “Lo que, para mí, hace fría a la literatura inglesa es -además de algunas carencias de la lengua inglesa- el -¿cómo lo diría?- el conservadurismo. la dificultad -o imposición forzada- para apartarse de la tradición, y el miedo a chocar con la moral, la falsa moral, porque así hay que llamar a la moral que finge no saber”. (Nota de Octubre de 1905). En diciembre escribe en la misma línea, sobre la dificultad de manifestar su homosexualidad en lengua inglesa, en cambio en lengua francesa cuya moral es más permisiva, no tiene el suficiente dominio sobre ella: “Las desdichadas leyes de la sociedad -que no son resultado del sano ni crítico juicio- han aminorado mi obra… Los difíciles avatares de mi vida me hicieron esforzarme mucho para alcanza un perfecto dominio de la lengua inglesa. Qué lástima”. (Nota de 15 de diciembre de 1905). Ambas notas traducidas por Pedro Bádenas (Op. cit.)

En junio de 1906 ocurren los tristes acontecimientos en Denshawi, en el que unos soldados ingleses tuvieron un enfrentamiento con los aldeanos. De las consecuencias se derivaron unas sentencias de muerte y un joven de 17 años fue sentenciado a la horca junto con otro más. Kavafis compondría en poema, 27 de junio de 1906, 2 p. m. (El incidente y el poema los reflejé con anterioridad).

El 30 de junio se publica en la revista Panatenea el poema “El rey Demetrio”, dando lugar a unas críticas sobre él en la revista Numás. Xenópulos saldrá en defensa de Kavafis, aun admitiendo que no es de los poemas que más le gustan, entiende que es mejor valorarlo por otros poemas que si son extraordinarios, como por ejemplo, “Murallas” (Poema completo en la primera parte).

El poeta tiene escrita una nota en este año, en la que habla sobre la sinceridad en el arte. Duda sobre el reflejo del paso del tiempo en “Las almas de los viejos” y “Un viejo”, por estar escritos en la mediana edad, pero cree que “Velas” se acerca a la realidad (Nota y Poema más arriba).

En enero de 1907 escribe una nota sobre la idea de su mayor difusión, valía, posible reconocimiento y trascendencia. Termina el texto con su humildad característica: “¡Qué cosa es entonces el Interés y el Deseo de Reconocimiento! Me alivia más la idea de ser igual que muchos; en vez de ser superior y de verme privado de mi reconocimiento”. (Nota de 3 de Enero de 1907. “Cavafis. Selección de prosas”BluEd. Almuzara. Traducción de Pedro Bádenas de la Peña).

Los años posteriores a su llegada de Constantinopla, fueron complicados en su adaptación a Alejandría. En abril de 1907, parece expresar cierta conformidad con la ciudad, pero con ciertas dudas y reparos, soslayando otra contrariedad en la marcha de un amor: “Ya me he acostumbrado a Alejandría y muy probablemente, e incluso si fuera rico, aquí me quedaría. Pero, con todo, como me deprime. Cuanta dificultad, que agobiante es una ciudad pequeña. Qué falta de libertad. Me quedaría aquí (no estoy tan seguro de que me quedara, en absoluto) porque es como una patria, porque está relacionada con los recuerdos de mi vida. Pero qué necesaria es para una persona como yo -tan diferente- la gran ciudad. Londres, digamos. Desde que se marchó … P. M., como la tengo metida en mi cabeza”. (Nota del 28 de abril de 1907. Traducción de Pedro Bádenas, Op. cit.).

En julio de 1907 recibe la visita de Pavlos Petridis, un joven médico e intelectual. Forma parte del círculo literario de jóvenes de la revista Nea Zoí (Vida nueva). El poeta, debido a su edad no puede formar parte, pero es invitado a colaborar con ellos y asistir a las reuniones. El poeta además de asistir con asiduidad a los encuentros, enviará poemas.

A finales de año, se muda con Pavlos a la calle Lepsius, 10. Escribe el poema inédito “El fin de Antonio”, basándose en Shakespeare. Será el precedente de el reconocido poema, “El dios abandona a Antonio”.

Dormitorio del poeta
Dormitorio del poeta © Ververis, Apostolos, Cavafy A. Onassis F.

Mijalis Peridis, colaborador de Grámata, conoció la casa de Kavafis en 1915. En la biografía de 1948 reflejaba: “El dormitorio era su escritorio. También había un cuarto al que Sareyanis llama “su taller de encuadernación”, en el cual el poeta armaba sus colecciones y las ensamblaba. La gran originalidad de la casa la constituía su iluminación con velas y lámparas de petróleo. Pero tenía asimismo otra originalidad más profunda, debida a la personalidad del dueño de casa y que la hacía única en
toda la ciudad. En esa casa escribió o trabajó la mayor parte de su obra”
. (Traducción de Miguel Castillo Didier en “Vida de Cavafis” Ediciones UDP, 2014)

En 1908 se sucede la marcha de Pavlos de Alejandría, aprovechando las vacaciones en junio, quedando sólo el poeta en la casa. Pavlos había llevado una vida disipada, saliendo continuamente de fiesta, bebiendo y malgastando dinero. Parece tener deudas que lo llevan a tener que partir. Escribe una carta al poeta desde el Orient Lodge, en Buxton (Inglaterra), culpándose por su mala cabeza. En noviembre escribió desde París y en diciembre, desde Toulon. Le requirieron de su trabajo en el ayuntamiento y pidió el cese. En febrero de 1909 se trasladó a Hyères, donde permanecerá hasta su fallecimiento. Yannis y Konstandinos tuvieron que prestarle dinero en varias ocasiones. Su situación mejoró en 1910 cuando el general Horsey lo nombró su secretario.

En cuanto al poeta, sabemos por Tsirkas que muere un gato al que le tenía mucho cariño, quedando entristecido. Publicará poemas en Grecia, Chipre y Alejandría. Escribe el poema “27 de junio de 1906, 2 p. m.” (Ver el poema en la primera parte), sobre un ahorcamiento de varias personas culpadas por los ingleses, un chico de 17 años entre ellos, al que se referirá el poema de Kavafis.

Entre los poemas compuestos, conviene detenerse en “Lo escondido” (Κρυμμένα), poema inédito de índole muy personal, en el que Kavafis subraya la rígida moral de su tiempo. El poeta admite que no será completamente conocido al tener que vivir un aislamiento social y no poder manifestar sus inclinaciones sexuales abiertamente. El poema culmina de modo esperanzador, en la creencia de un futuro cambio que favorezca una sociedad más abierta donde poder obrar en libertad.

Su talante social se puede comprobar en una nota de junio: “Me gusta y me emociona la belleza del pueblo, de los jovenes pobres. Criados, obreros, dependientes del comercio, empleados de tiendas. Es la recompensa, parece, a sus privaciones. Lo mucho del trabajo y lo mucho que se mueven hace que adelgacen y sus cuerpos sean bien proporcionados. Casi siempre son delgados. Sus caras o están pálidas cuando trabajan dentro de las tiendas o tostadas cuando trabajan al aire libre, tienen un color simpático, poético. Es lo contrario de los jóvenes ricos que o son enfermizos y físicamente asquerosos, o bien obesos y con grasa de tanto comer y beber y de estar bajo edredones; parece que en sus jetas abotargadas y acartonadas se muestra la fealdad del robo y el expolio de sus herencias y de sus dividendos”. (Nota de 29 de junio de 1908. Traducción de Pedro Bádenas, Op. cit.).

Colabora con la revista Nea Zoí, enviando varios artículos sobre autores griegos como Alejandro Papadiamandis, prosista reconocido.

Medita sobre la incidencia del tiempo en un mismo poema, como en el momento de la creación, parece acertado y pasado el tiempo puede que no lo sea tanto: “En medio de la sensación, o poco después, haces el poema. La sensación -placentera o intelectual- era viva y muy sincera; el poema (no necesariamente porque la sensación fuera así sino por una feliz coincidencia) salió bello, vivo y sincero. Luego pasa el tiempo. Aquella sensación -como por intervención de otras circunstancias antes desconocidas, o por la evolución del asunto o de la persona que lo suscitó- parece superficial y ridícula. Así te resulta también ahora su poema… Afortunadamente los poemas son muchas veces crípticos; y permiten así la adaptación a ellos de otras sensaciones o estados de ánimo”. (Nota de 11 de Julio de 1908. Traducción Pedro Bádenas, Op. cit.)

En otra nota de octubre nos habla de la carencia del sentido del humor, en general: “Sé que para triunfar en la vida y para infundir respeto se necesita seriedad. Y sin embargo me resulta difícil ser serio, y yo no aprecio la seriedad… La persona divertida es, por lo general, despreciada, por lo menos no se la tiene en cuenta realmente, no inspira demasiada confianza. Por eso me afano en presentar ante la mayoría un aspecto serio. He descubierto que me facilita mucho las cosas. Por dentro me río y me divierto mucho”. (Nota de 26 de Octubre de 1908. Traducción de Pedro Bádenas, Op. cit.)

Hay una nota ordenada antes de 1910, que probablemente esté escrita en el verano de 1909, en la que habla de la estación veraniega: “La época del año que me gusta es el verano. Los veranos de verdad, como los de Egipto o Grecia; con sol fuerte, con sus mediodías triunfales, con sus agobiantes noches agosteñas. No puedo decir, sin embargo, que trabaje (artísticamente, quiero decir) más en el verano…”. (Nota probablemente de verano de 1909. “Cavafis. Prosas” Traducción de Pedro Bádenas, Prosas).

Comienza a escribir este año de 1909, una Genealogía. El tema le había interesado a su hermano Yannis y a él. La abandonará en 1911.

Comienza a conocerse y a reconocerse a Kavafis en este año. Primero será Pavlos Petridis quien imparta una conferencia en Alejandría, bajo el título, “Un poeta alejandrino: Constantino P. Kavafis”, publicada después en Nea Zoí. Dicha revista publicará también, varios poemas de Kavafis este año. También aparecerá un artículo laudatorio del editor G. Kasimatis, en torno al poeta.

Imagen de Portada: Konstandinos Kavafis, 1896 © Fettel & Bernard, CC By SA-4.0 Cavafy Archive Onassis Foundation

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