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Antonio Muñoz Molina “Tus Pasos En La Escalera” Seix Barral 2019

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Existen ciertas afinidades entre el personaje principal de la obra, con el autor, Muñoz Molina. Ambos estuvieron presentes en Nueva York en el momento fatídico del 11s del año 2001. Ambos se han trasladado a Lisboa para vivir una vida más apacible. Los dos se refugian en la lectura. Ven con preocupación la influencia del cambio climático en el planeta o los extremismos políticos o religiosos.

El narrador de la obra, Bruno, dice prepararse para el fin del mundo; no habiendo lugar mejor que Lisboa. Se propone acondicionar la vivienda con los mismos objetos y distribución que tenían en Nueva York, su esposa Cecilia y él:

“El fin del mundo es un hecho frecuente. En cualquier parte puede estar sucediendo ahora mismo un Apocalipsis. En las selvas tropicales de América millones de ranas amarillas han sucumbido en poco tiempo a un hongo letal que se difunde tan rápidamente como la viruela europea que arrasaba a las poblaciones indígenas en el siglo XVII.”

Bruno y Cecilia compraron una casa en Lisboa al tener una ubicación similar a Nueva York. En ambos destinos hay un puente y un río cercano. En cuanto al interior del hogar, muestra el narrador una meticulosidad obsesiva en reproducir de forma exacta el apartamento que habitaban en Nueva York.

Bruno monologa en torno a sus preocupaciones y expectativas, encaminadas principalmente a llevar una vida tranquila y plácida junto a Cecilia y Luria, dentro de lo posible.
Con frecuencia se produce una alternancia entre el pasado y el presente, llegando a confundirse por momentos.

Nos cuenta su despido en la crisis de Wall Street en 2008. En la actualidad vive de una ajustada jubilación. Contrasta aquella época de trabajo incesante, sin respiro; con la actual, donde vive una vida de retiro. Se dedica a la contemplación, las lecturas y planea tener un pequeño huerto, y dar algún paseo junto a su perra Luria.

Subyace el tema de la espera. Su esposa, Cecilia, es neurocientífica. Investiga con animales en torno a la angustia y el miedo y su incidencia en el cerebro. Parece venir en breve a trabajar a un instituto de neurociencia en Belém. Bruno se dedicará a esperar pacientemente su llegada. Hay cierta similitud con la espera del teniente Drogo en el Desierto de los Tártaros, aunque de menor índole metafísica.

 

Sostén principal son sus libros, refugiándose en su biblioteca. En el momento presente está leyendo el diario del almirante Byrd en la Antartida donde vivió en solitario una temporada:

“Me gusta pasear la mirada por los lomos de los libros en la biblioteca. Es una manera de recapitular todo lo que hay en ellos, todo lo que ya he leído y lo que me falta por leer, y lo que leeré de nuevo según me vaya apeteciendo, en esta isla confortable a la que nos hemos retirado. En La isla misteriosa, los náufragos que llevan ya varios años en ella descubren una mañana en la playa un cofre arrastrado por la marea en el que encuentran una biblioteca sucinta de obras maestras. El almirante Byrd llevó consigo a su cabaña en la Antártida una caja de libros, un gramófono y una colección de discos. Oía rugir sobre su cabeza una tormenta de nieve en la noche perpetua y leía a la luz de una lámpara de petróleo.”

El autor deja guiños de escritores queridos en las lecturas del personaje: Montaigne, Melville, Faulkner, Conrad, Chéjov, Henry James, Virginia Woolf o Carson McCullers; entre otros.

Plantea Muñoz Molina, a través de su personaje, preocupación ante los extremismos políticos, como la llegada del ultraderechista Trump. Como también una llamada de atención ecologista. En varias fases del libro, se alude a catástrofes, como los fuegos de Portugal o California, o la extinción de la fauna:

“He leído que una de cada ocho especies de pájaros están en peligro de extinción en el mundo. Doscientos treinta millones de aves marinas han desaparecido en el último medio siglo. He leído que en treinta años no quedarán albatros volando sobre los océanos.”

Según vamos adentrándonos en la novela nos daremos cuenta de las inseguridades del narrador, los miedos que lo atenazan. Cierta neurosis obsesiva y una pérdida paulatina de la noción de realidad. La soledad como fondo.

Amparándose en la ficción, vertiendo reflexiones propias, afines al ensayo y con la prosa cuidada que acostumbra; Muñoz Molina nos entrega una obra de tono muy amargo y pesimista.

Bruno refiere cosas que al parecer le cuenta Cecilia, entre ellas quiere que escuche al cantante costarricense Walter Ferguson:

“Me cuenta encuentros con colegas tontos y soberbios que la sacan de quicio; parodia la manera pomposa de hablar de un científico que sale mucho en televisión y que le parece un fraude; se enfurece por las últimas noticias sobre el oscurantismo del gobierno de Trump y su rendición vergonzosa a los intereses de las compañías petroleras. Quiere ponerme cuanto antes en el iPhone una canción de un cantante viejo caribeño que se llama Walter Ferguson.”

Editorial: Seix Barral, edición 2019.
Colección: Biblioteca Breve.

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