Si su novela anterior “No Cantaremos en Tierra de Extraños” se situaba en 1944, en pleno dominio franquista; la obra que nos ocupa transcurre en la transición española. De aquel libro perviven los personajes principales, fundamentalmente Ramón Montenegro, abuelo del protagonista central: Manuel Montenegro Moncada, “Monte”. Adolescente del que se nos cuenta su difícil tránsito hacia la edad adulta.
Los abuelos maternos, Daniel y Alba son de ideas conservadoras, ultracatólicos y simpatizantes del régimen franquista; en menor medida, más tolerante, su madre Elvira. Por contra, los abuelos paternos, Ramón y Raquel son progresistas, como su padre Manuel.
Ramón fue sargento jefe republicano y combatiente en La Nueve contra los alemanes, para liberar París.
Monte no entiende como su familia estuvo dividida en una guerra que enfrentó a familias de un mismo país. La sombra de Lorca planea por el libro. Monte tampoco se explica como se pudo asesinar en Granada a uno de los mayores poetas de España y del mundo.
Vive entre Granada o “Escarcha”, así denominada por Monte y Alfacar. Su padre, profesor de literatura, le inicia en la lectura de los mejores poetas de lengua española: Bécquer, Manrique, Rubén Darío, Espronceda y por supuesto, Lorca. De su madre, pianista reconocida de la obra de Chopin y Schubert; extraerá su amor por la música.
Es una novela de aprendizaje. Monte sufrirá la influencia negativa de un mal profesor, pérdidas dolorosas, así como amores primerizos frustrados. El Miedo paraliza a Monte en todos los sentidos. Principalmente, el Miedo a hablar, a contar la Verdad lacerante. Tratará de desembarazarse de todas las ataduras, tanto negativas como positivas. Quiere ser él mismo, quien asuma su propia personalidad, tanto en su forma de pensar como de obrar.
La superación del Miedo, la búsqueda del Amor, de la Belleza, de la Verdad; son los resortes principales que propone Zúñiga para la consecución de la propia identidad:
“Eso nos lo enseñó Keats. Verdad y belleza se alimentan la una de la otra como el aire y la llama. Si no ocurre así, el arte nace muerto.”
Varias canciones de Supertramp son tarareadas por Monte, una de ellas, “Dreamer”:
“¿Había deseo en ello? Dreamer, you stupid little dreamer. Incontestables eran los celos que se activaban en él cuando veía al profesor marcharse con Ancas. Monte, en el salón chino, cantaba con Supertramp a voz en grito para no oír su propia conversación interna. ¿Homosexual? So now you put your head in your hands, oh no!”
También la música del compositor y músico italiano del barroco, Tartini, desfila por el libro:
“Exploró su náusea. Compatible con la felicidad que le proporcionaba aquel concierto de trompeta de Tartini. Seguramente era el hígado. Bebía demasiado, una costumbre que había heredado de su padre y este del legendario Juan Manuel, todos grandes guerreros, todos grandes borrachos.”
Editorial: Galaxia Gutenberg, edición 2018