La novela se centra alrededor de 1950, en una pequeña población de Texas, llamada Thalia, que parece más bien corresponderse a Archer, donde el escritor Larry McMurtry creció.
El narrador se acercará a una serie de personajes, centrándose fundamentalmente en el adolescente Sonny, que trabaja durante varias horas repartiendo butano y estudiando en el Instituto junto a su amigo Duanne, quien trabaja a su vez en la perforación petrolífera del padre de su novia Jacy.
Duanne y Sonny, al trabajar, ven las clases como sitio para descansar y dormitar, de paso, participar en las derrotas del equipo de fútbol y baloncesto del Instituto, a cargo del profesor Popper.
Importante será Sam “El León”, entrado en años, que regenta Los Billares, el Café Bar y el Cine. Personaje entrañable, por el que Sonny siente fascinación. Su vida no ha sido fácil, ve en los muchachos los hijos que perdió. Acoge a Billy, mudo y con cierto retraso mental, cuyos padres han abandonado. Billy, estará siempre con su escoba; barriendo los billares y las calles. Es una imagen que se nos quedará grabada, al igual que cuando Sonny, que suele llevarle con él en la furgoneta a repartir bombonas, al cine o a pescar; le coloca la gorra del revés.
McMurtry nos cuenta lo que acontece de puertas para adentro en la vida de los habitantes de Thalia. Las escasas diversiones que tienen los chicos, donde en los alrededores los pueblos son similares y para aventurarse un poco más, tienen que recorrer más de cien kilómetros para poblaciones mexicanas. Las chicas todavía tienen más complicados los momentos de ocio, ya que está mal visto su visita a los billares, por la cerrada Comunidad en la que viven. Muchas mujeres casadas ante su vida carente de alternativas, se sentirán frustradas e insatisfechas, caso de Ruth Popper, esposa del misógino entrenador y Lois, madre de Jacy. El divorcio es impensable en la sociedad mojigata en la que viven. El tedio y la soledad marca sus vidas.
A la par que la discriminación en la mujer existe una represión sexual latente. A los jóvenes no se les informa en materia de sexualidad. A su vez, es rechazada y castigada cualquier manifestación sexual diferente, como se verá a lo largo del libro.
Con Sonny asistimos al difícil tránsito de la adolescencia a la edad adulta, con el paulatino abandono de la inocencia. Asimismo, el paso del tiempo es otro tema fundamental en la obra; principalmente en las reflexiones que Sam “El León” manifiesta en sus conversaciones con Sonny.
Mcmurtry refleja también en la obra el auge de la televisión en esos años, con la consiguiente repercusión en el cine, como alude el título del libro. A pesar de las escasas diversiones en el pueblo, en las sesiones de cine apenas hay varios espectadores, siendo asiduos Sonny, Duanne y Billy; que no pierde ninguna proyección y está ensimismado con la pantalla. La Guerra de Corea también está presente, donde muchos jóvenes tuvieron que alistarse para acudir al frente.
Como no podía ser menos, un libro tan remarcable, fue llevado al cine siendo Larry, guionista. La dirección corrió a cargo de Peter Bodganovich. Se considera como una película de culto, siendo sin duda, la mejor del director.
La música country sobrevuela por el libro y la película, sobre todo se escucha a Hank Williams. En el libro en un momento dado interpretan a Hank y a Red Foley, como se reproduce en el siguiente texto:
“—Maggie, cántanos algo —pidió uno de los clientes más maduros. A la camarera no le apetecía mucho, pero como las demás parejas insistieron también al final subió al escenario y cogió una guitarra, sacudiendo la cabeza y restándose valor.
—Yo no soy cantante ni nada parecido —dijo. Sin embargo, rasgueó la guitarra durante un par de minutos y entonó «Your Cheatin’ Heart». A todo el mundo le pareció una excelente interpretación, incluidos los chicos. Tenía una voz ronca, pero potente; llenaba el Cozy Inn mucho mejor que los tres muchachos con patillas de antes. Cantaba con una gran sinceridad, como si ella misma hubiera sufrido las consecuencias de uno o dos corazones infieles a lo largo de su vida. Después cantó «Making Believe», y habría dejado la guitarra y hubiera vuelto al bar de no ser porque Duane se lo impidió. Le gustaba su manera de cantar.
—Mañana me voy a Corea, y no sé cuándo volveré a Fort Worth —dijo—. Una más, por favor. —Claro, en ese caso cantaré un poco más —accedió la mujer—. Mis dos chicos sirvieron en el ejército. Estaba muy orgullosa de ellos. ¡Esta va por los jóvenes soldados! —anunció, para que los demás no pensaran que cantaba por vanidad. Interpretó «Filipino Baby» y todo el mundo aplaudió con estruendo; muy animada, acabó con «Peace In The Valley» y volvió a la barra a tirar unas cervezas. Sonny se sintió de repente muy abatido. La vieja camarera le había recordado que él no estaba en el ejército. Parecía estupendo eso de marcharse a Corea, y Sonny deseó con todas sus fuerzas poder ir. Cuando la banda volvió al escenario, los chicos se fueron y se quedaron un momento en la calle fría, ambos un poco tambaleantes a causa de la cerveza.”
—Yo no soy cantante ni nada parecido —dijo. Sin embargo, rasgueó la guitarra durante un par de minutos y entonó «Your Cheatin’ Heart». A todo el mundo le pareció una excelente interpretación, incluidos los chicos. Tenía una voz ronca, pero potente; llenaba el Cozy Inn mucho mejor que los tres muchachos con patillas de antes. Cantaba con una gran sinceridad, como si ella misma hubiera sufrido las consecuencias de uno o dos corazones infieles a lo largo de su vida. Después cantó «Making Believe», y habría dejado la guitarra y hubiera vuelto al bar de no ser porque Duane se lo impidió. Le gustaba su manera de cantar.
—Mañana me voy a Corea, y no sé cuándo volveré a Fort Worth —dijo—. Una más, por favor. —Claro, en ese caso cantaré un poco más —accedió la mujer—. Mis dos chicos sirvieron en el ejército. Estaba muy orgullosa de ellos. ¡Esta va por los jóvenes soldados! —anunció, para que los demás no pensaran que cantaba por vanidad. Interpretó «Filipino Baby» y todo el mundo aplaudió con estruendo; muy animada, acabó con «Peace In The Valley» y volvió a la barra a tirar unas cervezas. Sonny se sintió de repente muy abatido. La vieja camarera le había recordado que él no estaba en el ejército. Parecía estupendo eso de marcharse a Corea, y Sonny deseó con todas sus fuerzas poder ir. Cuando la banda volvió al escenario, los chicos se fueron y se quedaron un momento en la calle fría, ambos un poco tambaleantes a causa de la cerveza.”