El grueso principal está dedicado a su oficio de escritor. En el siguiente párrafo deja constancia de la aventura que supone la actividad creadora:
“Quizá lo que llaman oficio de escritor no sea más que ser capaz de soportar esa desilusión, sabiendo que uno se entrega a lo desconocido, porque en esta gran incomodidad de las palabras reales y toscas hay una aventura, algo hacia lo cual nos movemos a tientas. Por ejemplo, ahora no sé para dónde irán los siguientes párrafos, y sin embargo estoy dispuesto a ir interrogando al lenguaje para ver la dirección que voy a tomar”.
Observamos sus dudas en el ámbito literario, su abandono de la poesía y su implicación en la escritura de textos en las Redes:
“Pero ¿qué es este escepticismo profundo con respecto a la literatura, a mi literatura digamos mejor? ¿Por qué quiero escribir pero me sale espuma? ¿Por qué tampoco escribo más poesía? Hace ya unos años entregué mi escritura al zumbido de la banda ancha. Textos cortos, respuesta inmediata, amigos, amigas, cachondeo. Los blogs me sirvieron para atomizarme, ocultarme en seudónimos, escribir como gente que no soy yo, como personas que llevo dentro, voces o quizá fuerzas verbales”.
Otros textos están dedicados a su etapa escolar, como el referido a los libros porno que llevaban algunos amigos:
“Me acuerdo de esos libritos porno que llevaban mis amigos al colegio. Se vendían en los kioscos. Yo nunca tuve el coraje suficiente para comprarme uno, pero los recibía pasados de mano en mano, de bolso en bolso, de baño en baño. No me acuerdo exactamente de los títulos, pero debían ser algo así como El éxtasis de Karen Hills, o Harem de pasión o Lujuria en París”.
Hay textos con una vertiente erótica muy evidente, como las divertidas apologías de los “culos” y las “tetas”:
“Me salen versos cuando hablo de culos. Quizá porque en los culos hay algo más antiguo y atávico que en las tetas, que en realidad son una intelectualización. Las tetas son renacentistas, pero el culo es primitivo, neandertaliano. Con su poder de atracción inequívoca, su convergencia invitadora, es un hit prehistórico. Despierta nuestro costado más bestial: el del acoplamiento a cuatro patas. Las tetas son un invento más reciente, son prosaicas. El culo, en cambio, es lírico, musical, cadencioso, indiscernible del meneo de caderas, del ritmo, la batida de la bossa que retrata a la garota que se aleja en Ipanema”.
Sobresalen los recuerdos emotivos en torno a su madre:
“Me queda su enfermedad en primer plano, tapándome el resto de su tiempo luminoso. Y eso es injusto. Por eso ahora salto a ese pasado, por encima de sus últimos años. Sólo la escritura me deja hacer eso. Saltar al verano de mamá. Acá estoy. Papá venía en enero, sólo unos días, y los fines de semana. El resto del tiempo era el Edipo liberado. Tengo un recuerdo naranja de unas mañanas, cuando me despertaba en su cuarto —supongo que yo había llorado a la noche y mamá me había llevado a su cama— y tengo un recuerdo de ella vistiéndose a la mañana pensando que yo estaba dormido, ella de espaldas, poniéndose una remera. Mamá tendría treinta y cinco años y yo cuatro. Me acuerdo de la luz naranja y amarilla del sol en las cortinas”.
Por supuesto, otros textos tratan diferentes temas y vivencias.
Nos encontramos pues, ante una recopilación de artículos de verdadero interés que nos permite adentrarnos en la figura de Pedro Mairal, posibilitándonos un mayor conocimiento de su faceta de escritor, pero más importante aún, de su vertiente humana.
Entre las escuchas musicales de Pedro, se encuentra João Gilberto:
“De vuelta en el taller, los participantes nos empezamos a quedar hasta tarde hablando, fumando y escuchando discos de Paco de Lucía, Ella Fitzgerald, João Gilberto”.
En el siguiente suculento recopilatorio junto a João tenemos intérpretes de la talla de Vinicius de Moraes, Elis Regina, Luiz Bonfa o Antonio Carlos Jobim:
<a href=”http://wewantsounds.bandcamp.com/album/bossa-nova”>Bossa Nova by WEWANTSOUNDS</a>
Wewantsounds Records 2017
Editorial: Libros del Asteroide, edición 2019