Viajarán a Luna por cuestiones de trabajo, Runciter, Joe Chip y nueve inerciales más, entre los que se encuentra Pat Conley, con capacidad de modificar el pasado y por tanto influir en el presente o futuro. Tendrá lugar allí un acontecimiento que afectará a todos y encaminará la novela por rumbos imprevistos.
Una idea original la encontramos en que los muertos son preservados en cámaras criogénicas permitiendo sus ondas cerebrales. Este estado es llamado “semivivo”. Los vivos pueden comunicarse con ellos, pero sabiendo que cada vez que ellos reviven se deterioran un poco más. El personaje de Ella, mujer de Runciter está en ese estado y adquirirá importancia en la obra, nos la presenta Dick de esta manera:“Rígida en su ataúd transparente, envuelta en emanaciones de vapor helado, Ella Runciter yacía con los ojos cerrados y las manos eternamente levantadas hacia su rostro, que permanecía impávido. Hacía tres años que no la veía y, naturalmente, no había cambiado. No cambiaría nunca, al menos en lo exterior. Pero a cada resurrección a la semivida activa, a cada vuelta a la actividad cerebral, por corta que fuera, Ella moría un poco. El tiempo que le quedaba menguaba por etapas”.
La vigilancia es otra característica de la novela y otras obras de Dick. Para Philip no sólo se produce la vigilancia en los Estados totalitarios. En los democráticos ocurre también sin que necesariamente intervenga el Estado, caso de Ubik, donde la vigilancia y el espionaje se produce a nivel corporativo. Unas empresas se dedican al espionaje y otras a contrarrestarlo, con un interés económico, político y social por medio. Parece ser moneda común en la obra, anunciando los servicios en los diferentes medios de comunicación:
“Las diversas instituciones de prevención anti–psi difundían estridentes arengas por televisión y en los homeodiarios. «Defienda su intimidad» repetían machaconamente los anuncios transmitidos a todas horas y por todos los medios de comunicación. «¿Le sintoniza algún extraño? ¿Está usted realmente a solas?». Aquello iba por los telépatas… luego estaba la puntillosa preocupación por los precognitores: «¿Predice sus actos alguien al que usted no conoce, que no querría conocer ni invitar a su casa? Termine con su inquietud: acudiendo a la organización de previsión más cercana podrá saber si es usted víctima de una intrusión no autorizada, y siguiendo sus instrucciones, la organización cuidará de eliminar tal intrusión… a un precio muy asequible»”.
Hasta el incidente lunar, Philip facilita información del estado en que viven los personajes preparando el terreno para lo que sucederá después. Nos presenta el lugar en el que habita Joe, con detalles de humor no exentos de crítica al consumismo capitalista, donde los electrodomésticos o la puerta de su casa, piden monedas para funcionar o dejarle salir o entrar. También lo alterna con el mundo en el que se mueve Runciter en su trabajo y en alguna comunicación con su mujer.
Posteriormente todo se precipitará en una cadena de acontecimientos, dando entrada a un tema recurrente en la vida y obra de Philip: el cuestionamiento de la realidad. Los personajes dudan de la propia realidad: ¿lo que estoy viviendo es real? se pregunta nuestro técnico Joe Chip ante sucesos extraños y regresiones en el tiempo, afectando a su propia visión del momento en el que vive. Esta idea de Philip tendría gran influencia en la narrativa de ciencia ficción y en el cine, donde películas como Matrix, Minority Report o Abre los Ojos; deben mucho a nuestro autor.
Otro componente surge en este punto de la narración, que da título a la obra: Ubik. ¿Se puede considerar Dios?, como se afirma en un momento en el libro:
“Yo soy Ubik. Antes de que el universo existiera, yo existía. Yo hice los soles y los mundos. Yo creé las vidas y los espacios en los que habitan. Yo las cambio de lugar a mi antojo. Van donde yo dispongo y hacen lo que yo les ordeno. Yo soy el verbo, y mi nombre no puede ser pronunciado. Es el nombre que nadie conoce. Me llaman Ubik, pero Ubik no es mi nombre. Yo Soy. Yo Seré siempre”.
También cabe entenderlo como la “Gracia divina”, pues impide la degradación temporal de quien lo administra. Pero de forma engañosa protege, pues prolonga el estado ilusorio; en clara crítica a las religiones cristianas y otras que viven ajenas a los problemas de la sociedad y anuncian un estado o realidad ideal más allá de la muerte.
Parece otorgar trascendencia “divina” Philip a Ubik, pero al mismo tiempo lo banaliza en cada fragmento inicial de los capítulos, en una crítica irónica hacia la publicidad capitalista consumista: “Ubik, lo más nuevo en aderezos para ensalada. Ni italiano ni francés: Ubik es un sabor original y diferente que gusta al mundo entero. Descubra también usted el sabor de Ubik. Inofensivo si se emplea según las instrucciones”.
Dos fuerzas contrapuestas actúan en la obra, un personaje ejercerá la destrucción por necesidad, ya que revive cuando “vampiriza” a otros; otro personaje tratará de contrarrestar sus efectos negativos actuando como protector.
La novela de Philip tiene un marcado carácter metafísico y gnóstico fruto de sus incesantes lecturas filosóficas y religiosas. La deslumbrante habilidad e imaginación de Dick nos va llevando en cada momento de la lectura a diversas interpretaciones. Cerca del final del libro, cuando parece que el rompecabezas está completo, nos descoloca con un final enigmático, circular y en cierto sentido amenazador. Al igual que le ocurre al antihéroe Joe Chip que se cuestiona no ya la propia realidad en la que transita, sino su propia existencia e identidad; nos ocurre a nosotros una vez terminada la lectura del libro. ¡Inquietante!.
Editorial: Minotauro (Planeta), Edición 2019
Colección: Biblioteca de Autor
Traducción: Manuel Espín Martín