El Macguffin en este libro gira en torno a la desaparición de una valiosa moneda. La señora Murdock, contrata a Marlowe para que encuentre la moneda de la colección de su difunto esposo, que cree se encuentra en poder de su nuera, Linda Conquest, quien ha abandonado la casa; de paso quiere que la convenza de la conveniencia de conceder el divorcio a su hijo.
Embed from Getty ImagesLa galería de personajes, como acostumbra Chandler, es impecable.
Si en la primera novela, el anfitrión era el coronel Stenwood, aquí su contrapunto es la autoritaria Elizabeth Bright Murdock. El autor, según la mirada de Marlowe, nos la presenta así:
“Tenía mucha cara y mucha barbilla. El pelo, de color peltre, sometido a una despiadada permanente. Pico largo y duro, y unos ojos grandes y húmedos con una expresión tan simpática como la de dos piedras mojadas. Llevaba encajes en el cuello, pero era la clase de cuello que habría quedado mejor dentro de una camiseta de futbolista. Vestía un vestido de seda grisáceo.”
Chandler arremete contra las personas autoritarias y dominantes. Una posible causa estriba en el autoritarismo que el autor tuvo que soportar de joven, por parte de un tío adinerado. La señora Murdock domina la vida de su hijo, Leslie Murdock. Chandler nos describe así al hijo que ha vivido con todos los caprichos:
“Era un fulano alto y flaco, con aspecto de estar muy satisfecho de sí mismo, que vestía un traje tropical de estambre color azul pizarra, zapatos blancos y negros, camisa color marfil mate, y corbata y pañuelo a juego, del color de la flor del jacarandá.”
La sumisa secretaria, Merle Davis, está completamente subyugada por la señora Murdock. Siente por ella aprecio Marlowe, igual que por Anne Riordan, en Adiós, Muñeca. Aquí, la ve más desvalida y tratará de protegerla. Nos describe así un encuentro con ella:
“Merle Davis tenía exactamente el mismo aspecto que el día anterior. Probablemente, siempre tenía el mismo aspecto. Su pelo rubio cobrizo estaba igual de aplastado, sus gafas con montura de concha parecían igual de grandes y vacías, y los ojos que había detrás igual de inexpresivos. Incluso llevaba el mismo vestido de lino de una pieza y mangas cortas, sin ninguna clase de adornos, ni siquiera pendientes.”
Linda Conquest, el siguiente objetivo de Marlowe, canta en un Club después de abandonar a Leslie. El diálogo que mantiene Marlowe con ella es memorable:
“—Hablando en plata —dijo, estoy segurísima de que no me va a gustar usted ni un pelo. Así que suelte su rollo y esfúmese.
—Lo que me gusta de este sitio es que todo se ajusta perfectamente al tópico —dije—. El guardia de la entrada, el negro de la puerta, las chicas del tabaco y del guardarropa, el judío gordo, grasiento y sensual con la corista alta, imponente y aburrida, el directivo bien vestido, borracho y espantosamente grosero que insulta al camarero, el tipo callado con la pistola, el propietario del club con su suave cabello gris y sus maneras de película de serie B, y ahora usted…, la cantante romántica alta y morena con la mueca negligente, la voz ronca y el vocabulario de tía dura.
—¿Ah, sí? —dijo, colocándose el cigarrillo entre los labios y aspirando lentamente—. ¿Y qué me dice del fisgón graciosillo, con chistes del año pasado y sonrisa de aquí te espero nena?
—¿Y qué es lo que me da derecho a dirigirle la palabra a usted? —dije.
—Me rindo. ¿Qué?
—Ella quiere que se lo devuelvan. Y deprisa. Tiene que ser rápido o habrá problemas”
También se dan cita otros personajes, como un adinerado dueño de Clubes, Alex Morny. Junto a él, un guardaespaldas fanfarrón, Eddie Prue. La esposa rubia de Morny, parece vivir en la cuerda floja debido al influjo de una especie de gigoló, un tal Vannier. Tenemos un coleccionista con conocimientos en monedas antiguas, Morningstar. Y otra especie de detective privado de por medio.
No pueden faltar los policias con los que Marlowe tiene que lidiar, en este caso el teniente Breeze, visto así por los ojos de nuestro detective:
“Era un hombre grande, con bastante barriga, que llevaba zapatos marrones y blancos, calcetines caídos y pantalones blancos con rayitas negras, una camisa con el cuello abierto que dejaba ver algunos pelos de color rojizo en lo alto del pecho, y una chaqueta deportiva azul celeste de tela áspera, que por los hombros no era mucho más ancha que un garaje para dos coches. Tendría unos cincuenta años, y el único detalle que indicaba sin lugar a dudas que era policía era la mirada fija y penetrante, tranquila, sin parpadeos, de sus abultados ojos azules, una mirada que no tenía intención de ser grosera, pero que cualquiera que no fuera policía consideraría grosera”
Junto a él, el joven e inexperto, Spangler:
“Breeze estaba allí plantado y se le veía tan grande y desaliñado como siempre, pero un poco más cansado. Con él estaba el inspector joven con cara de novato que se llamaba Spangler”
Pero la novela ofrece mucho más que una acertada galería de personas, la trama no es tan simple como al principio todo parece indicar. La familia Murdock alberga secretos que Marlowe irá hilvanando. Más algunas muertes enigmáticas a lo largo de la historia. La ambición por el dinero será el motor que mueva buena parte de las acciones. La parodia y el grotesco ilumina algunas escenas. Tampoco falta el humor y como nos acostumbra el autor, los diálogos sobresalen de nuevo.
El listón había quedado muy alto con su obra anterior, “Adiós, Muñeca” (Ver Aquí). Una historia redonda donde todo fluía como un engranaje perfecto. Pero la escritura de Chandler manifiesta siempre un sentido de la calidad fuera de toda duda. Si bien, no alcanza su nivel, la historia está muy bien narrada, presentando unos personajes, perfectamente verosímiles. Y sigue completando el retrato de nuestro estimado detective.
Como fondo, “Path of Totality”, recomendable trabajo reciente del compositor y saxofonista canadiense, Quinsin Nachoff; acompañado por el excepcional saxofonista, David Binney:
Quinsin Nachoff composer, tenor saxophone, soprano saxophone; David Binney alto saxophone, C melody saxophone; Matt Mitchell piano, Prophet 6, modular synthesizer, Novachord, harpsichord, Estey pump harmonium; Kenny Wollesen drums, Wollesonic percussion (#1, #3, #4, #6); Nate Wood drums (#1, #2, #5, #6); and others. Whirlwind Recordings, 2019.
Editorial: Alianza, edición 2009
Colección: Biblioteca Chandler
Traducción: Juan Manuel Ibeas Delgado