Jean Laurent (1816-1886) fue un fotógrafo pionero y una de las figuras fundamentales de la historia de la fotografía en España y en Europa.
Jean Laurent Minier nació en el pueblo de Garchizy, en Borgoña (Francia) el 23 de julio de 1816.
Jean Laurent se estableció en España muy joven, en 1843, después de estudiar en París las técnicas de la entonces incipiente y revolucionaria fotografía. Tenía apenas 28 años cuando comenzó a buscarse la vida como cartonero, fabricando lujosas cajas para pastelerías y empresas de encuadernación de libros. En Madrid se casó con la viuda de un pastelero.
En 1856, abrió su propio negocio, un estudio fotográfico en Madrid, en la Carrera de San Jerónimo, número 39 (cerca del Congreso de los Diputados, en el mismo estudio en que estuvo de alquiler el fotógrafo británico Charles Clifford), y ahí comenzó su actividad profesional como fotógrafo. Se hizo conocer en España como Juan Laurent, pero firmaba sus fotografías como J.Laurent. El trabajo que empezó Clifford, lo continuó Laurent. Las fotografías de Laurent han ilustrado multitud de publicaciones y guías turísticas.
Laurent no hacía daguerrotipos, se especializó en la técnica del colodión húmedo, en la que el negativo era una placa de vidrio recubierta de bromuro de potasio y, todavía húmedo, se sumergía en nitrato de plata. Se introducía en una cámara de gran formato para la exposición, mientras la solución fotosensible estaba todavía húmeda, y se revelaba inmediatamente.
Este proceso requería que el laboratorio estuviera cerca y es el motivo por el que Laurent diseñó su propio carro portátil, un pequeño carro laboratorio fotográfico ambulante: este pequeño carruaje o carro-laboratorio, de campaña, no solo le servía para preparar y revelar las placas de vidrio al colodión sino también para trasladar todo su pesado equipo, de aproximadamente 300 kilos, en localizaciones exteriores. Al ser un proceso tan artesanal y manual se obtienen unos negativos únicos, con efectos y detalles que es imposible repetir en una nueva toma. Es muy llamativa la calidad y nitidez de las fotografías de Laurent. (cf. La España de Laurent (1856-1886), un paseo fotográfico por la Historia).
A partir de los negativos originales de Laurent, en la segunda mitad del siglo XIX, se obtenían copias en papel a la albúmina. Copias a la albúmina de Laurent eran vendidas en Lisboa, en Oporto, en Madrid (en la sede central de la empresa de Laurent, Carrera de San Jerónimo, 39), y en la sucursal de París (rue de Richelieu, 90), así como también en librerías de otras capitales europeas.
Desde 1861, tenía una colección de fotografías a la venta, entre las que figuraban obras del Museo del Prado. En 1868 abrió en la Rue de Richelieu en París una tienda, donde vendía sus fotografías de España y Portugal.
Además, tenía un equipo de fotógrafos comisionistas. No todas esas fotografías fueron tomadas personalmente por él. Tuvo varios colaboradores, entre los que destacan: José Martínez Sánchez, Julio Ainaud, y su yerno Alfonso Roswag. Pero todos estos negativos se incorporaron al archivo de Laurent.
Las primeras fotografías de Laurent fueron retratos de estudio, pero luego empezó a viajar fuera de Madrid, tomando vistas estereoscópicas (en tres dimensiones). En 1858 realizó su primer gran reportaje, sobre la línea ferroviaria de Madrid a Alicante, por encargo de la compañía.
Laurent utilizaba el ferrocarril para sus desplazamientos por la península ibérica.
En marzo de 1869 Laurent viajó al Reino de Portugal, transportando su carruaje-laboratorio fotográfico para obtener vistas de las principales ciudades y monumentos. También retrató a la familia real portuguesa.
A partir de 1864, Laurent se especializó en la aplicación de fotografías a los abanicos (abanicos con motivos de tauromaquia) realizados en su estudio.
Los archivos de su obra han sido organizados en ‘Retrato’, ‘Tipos populares’, ‘Imagen de España’, ‘Bellas artes, artes decorativas y arqueología’ y ‘Varias’.
Sus retratos son obras relevantes de gran amplitud social, no sólo fotografió las altas personalidades del gobierno, la familia real, la élite social e intelectual del país y la burguesía, sino también tipos populares, en escenas preparadas, o instantáneas, de estilo costumbrista (con trajes tradicionales, etc.) Las Imágenes de España son verdaderas postales urbanas: ciudades, calles, monumentos, hasta grandes obras de ingeniería pública de la época (puentes, puertos, faros, líneas de ferrocarril, etc.)
Bellas Artes y arqueología: Laurent supo poner en valor la pintura, la escultura y la arqueología españolas a través de la fotografía. Él fue el que hizo las fotografías de las pinturas negras de Goya en su ubicación original, la Quinta del Sordo, antes de que fueran pasadas a lienzos. Consiguió también los derechos para fotografiar los cuadros del futuro Museo del Prado y para ilustrar los libros de historia del arte.
Fue reconocido por Isabel II, y nombrado «Fotógrafo de Su Majestad la Reina» durante el período de 1861 a 1868. Juan Laurent fue uno de los fotógrafos más importantes de la España de la segunda mitad del siglo XIX, junto con Clifford.
A partir de 1875 la empresa empezó a denominarse J. Laurent y Compañía.
Juan Laurent falleció en Madrid el 24 de noviembre de 1886, y fue enterrado en el cementerio de La Almudena.
En 1975, el Ministerio de Cultura tuvo la oportunidad de adquirir los negativos originales de la Casa Laurent y Cía., aproximadamente 12.000, que hoy se conservan en la Fototeca del Patrimonio Cultural de España.
La fotografía de Juan Laurent es un verdadero testimonio fotográfico de la España de mediados del siglo XIX: un país que se busca, entre modernidad (primera revolución industrial, cambios urbanísticos y paisajísticos, etc.) y tradición (costumbres populares, fiestas patronales, ferias taurinas, etc.).
Gracias a sus poderosas imágenes, podemos conocer bien y con exactitud cómo era la España del XIX.
Este año (2021) se cumplen 205 años de su nacimiento.
https://www.rtve.es/radio/20210723/juan-laurent-fotografia-antes-del-arte/2082708.shtml