La proximidad de la festividad de Halloween me ha llevado a considerar la posibilidad de recomendar a un director que realmente se destaque en el ámbito del cine de autor dentro del género de terror. Inicialmente, pensé en el cineasta francés Alexandre Aja, cuyas obras han dejado una huella significativa en este campo. Entre sus películas más notables se encuentra “Haute tension” (2003), su segundo largometraje, que supuso un debut impactante en el terror, así como el aclamado remake de la película de Wes Craven, “The Hills Have Eyes” (2006), que en algunos aspectos supera el original. El propio Craven la produjo y exigió que Aja la dirigiera, de ahí el excelente resultado final. Además, “Crawl” (2019) representa un notable regreso a la forma tras un periodo de trabajos menos memorables, mientras que “Oxygène” (2021) ofrece una experiencia angustiante que no se puede pasar por alto. Aunque no entraré en detalles sobre estas obras, las recomiendo encarecidamente, ya que reflejan la habilidad de Aja para crear atmósferas inquietantes y narrativas cautivadoras.
Alexandre Aja es un director apasionado que rinde homenaje al cine de terror clásico, aportando su propia visión y estilo. Su enfoque innovador y su respeto por las raíces del género lo convierten en una figura destacada que merece ser explorada, especialmente en esta época del año en que el terror cobra especial relevancia.
A pesar de las incertidumbres iniciales acerca de hablar en torno al director francés, opté finalmente por centrarme en el neoyorkino Jordan Peele. La elección se fundamenta en que sus tres trabajos hasta el momento, tanto como guionista como director, lo sitúan en un espacio singular dentro del cine de autor, particularmente en el ámbito del terror psicológico.
Es interesante observar que su carrera comenzó en la comedia, específicamente en la serie “Key & Peele”, donde también desempeñó el papel de guionista. A lo largo de su trayectoria, participó en episodios de series reconocidas como “Fargo” y en alguna que otra película, lo que le permitió diversificar su experiencia actoral. Resulta curioso que, a pesar de sus inicios en la comedia, como antes he comentado, su debut como director lo haya llevado a adentrarse en un género que, en principio, parece alejado de su formación original: el cine de terror. Sin embargo, al considerar su filmografía, se revela que la comedia no solo es importante, sino que se manifiesta a través de un uso notable del humor negro y la ironía.
Un hecho que hay que remarcar, es que su obra está profundamente influenciada por su herencia birracial, siendo hijo de madre blanca y padre negro.
Iniciemos con su primer largometraje: GET OUT (Déjame salir), realizado en 2017.
Jordan presenta su propuesta a Blumhouse Productions, una productora conocida por respaldar películas de bajo presupuesto. Entre sus producciones destacadas se encuentran títulos como “Whiplash” (2014) de Damien Chazelle, “The Visit” (2015) de M. Night Shyamalan y “The Hunt” (2020) de Craig Zobel, todos ellos aclamados tanto por la crítica como por el público.
Blumhouse da su aprobación y Peele asume la responsabilidad del guion y la dirección. Un aspecto recurrente en su obra cinematográfica es su papel como guionista. Él concibe y dirige sus propias narrativas, aunque también ha escrito guiones para otros cineastas. Sin embargo, en este caso, nos enfocaremos en los guiones de sus propias producciones. El presupuesto de su primera película es, por lo tanto, modesto en comparación con presupuestos de películas comerciales, en este caso alcanza los 4.500.000 dólares. La respuesta de público se refrenda con una recaudación total de 255 millones de dólares. Este resultado es verdaderamente notable, pero aún más sorprendente es la respuesta positiva de la crítica, que se une al entusiasmo general, elogiando la obra cinematográfica.
A menudo soy escéptico con algunos premios otorgados al cine o a la literatura. Bochornoso es el Premio Planeta en España, por ejemplo, otorgado a obras sin ningún valor literario, y con las miras puestas en recaudar ingresos por libros basados en la comercialidad más banal. Los Óscar, el mayor reconocimiento dentro del cine, ha otorgado premios, a menudo, a películas y guiones mediocres. Pero hay que reconocer que en su trayectoria han coincidido algunos premios con películas que en cuanto a calidad lo merecían (lo cual no ocurre con el Premio Planeta, salvo en sus primeros años). Pero volvamos a la película de Jordan Peele. Hemos considerado que obtuvo el favor del público y de la crítica. Su valor iba en alza, quedando refrendado con cuatro nominaciones a los Premios Óscar, resaltando en las categorías de mejor película y mejor director para Jordan Peele. Asimismo, Daniel Kaluuya fue nominado como mejor actor, y el guion de Jordan Peele también recibió una nominación. En última instancia, el guion original de Jordan Peele se alzó con el premio, marcando un hito en la historia de los Óscar. Este reconocimiento lo convierte en el primer afroamericano en recibir la estatuilla en esta categoría, lo que subraya la importancia de su contribución al cine. Y, en este caso, sí coincidía el premio con la calidad del guion de Peele.
La sinopsis escueta de la película, tomada de IMDB, nos dice lo siguiente: “Un joven afroamericano visita a los padres de su novia blanca durante el fin de semana, donde su inicial inquietud frente a su recibimiento finalmente alcanza un punto de ebullición”.
Como en este tipo de géneros el visionado inmaculado es lo más aconsejable, trataré, en la medida de lo posible, de no revelar demasiados detalles sobre las películas. Mi objetivo es ofrecer una serie de elementos clave en las obras de Peele y fomentar su visualización. Aún así, es preferible que veáis las películas antes de afrontar el texto. Es importante señalar que he incluido los tráileres de las películas, los cuales podrían desvelar ciertos detalles, excepto el de Nop.
Partimos del hecho de que Chris Washington, interpretado por Daniel Kaluuya, es un fotógrafo afroamericano originario de Brooklyn. Mantiene una relación sentimental con Rose Armitage, un personaje interpretado por Allison Williams, quien es de ascendencia blanca. Rose considera que tras medio año, es el momento de que él conozca a sus padres. En principio, Chris se muestra reticente al considerar que sus futuros suegros no le consideren adecuado por ser negro. Sin embargo, Rose lo apacigua asegurándole que todo saldrá bien. Su confianza crece a medida que se siente más apoyado por ella, lo que le permite ver la situación desde una perspectiva más positiva. Finalmente, Chris decide aceptar la invitación para visitar a los padres de su novia.
Chris cuenta con un amigo, Rod Williams (Lil Rel Howery), quien trabaja como agente de seguridad en los aeropuertos. Al enterarse de la visita de Chris a los padres de su prometida, Rod, con su habitual sentido del humor, le desaconseja la idea. A medida que la trama se desarrolla, el papel de Rod se vuelve más relevante, aportando un equilibrio a las situaciones más tensas de la película.
La joven pareja llega en automóvil a la residencia de los Armitage, situada en el norte de Nueva York. Chris se presenta ante el hermano menor de Rose, Jeremy, interpretado por Caleb Landry Jones, así como ante sus suegros, Dean, un reputado neurocirujano, y Missy, una psicoterapeuta especializada en hipnosis, quien se ofrece rápidamente en ayudar a Chris a dejar de fumar.
A lo largo de su visita, Chris se enfrenta a ciertos comentarios que, aunque superficiales, se tornan estereotípicos en relación a su raza. Además, tiene la oportunidad de conocer a la ama de llaves de la familia, Georgina, interpretada por Betty Gabriel, y al jardinero, Walter, interpretado por Marcus Henderson. Ambos personajes, que también son de raza negra, presentan comportamientos inusuales que despiertan la curiosidad de Chris.
La atmósfera en la casa se torna inquietante a medida que Chris observa las interacciones y actitudes de los miembros de la familia Armitage y del personal. La combinación de la hospitalidad aparente y los sutiles indicios de incomodidad genera un ambiente tenso que lo lleva a cuestionar la verdadera naturaleza de su visita.
En la primera noche, la futura suegra de Chris, Missy, le propone someterse a una sesión de hipnosis para dejar de fumar. Aunque Chris inicialmente se muestra reacio, finalmente decide participar. Durante la sesión, se revela un trauma profundo en su vida: un sentimiento de culpa relacionado con la muerte de su madre, quien falleció tras ser atropellada. Chris, al no haber salido a buscarla ni haber llamado a emergencias, se enteró posteriormente de que su madre murió horas después del accidente por falta de ayuda. En relación a este tema, es importante notar que en el primer tramo de la película, Chris experimentará un profundo sufrimiento debido a un ciervo que se encuentra al borde de la muerte. Esta experiencia lo conectará con el trauma que vivió por la muerte de su madre.
A medida que avanza la sesión, Chris comienza a sentir que ha perdido el control sobre sí mismo, experimentando una extraña sensación de ser manipulado por Missy. Esta pérdida de autonomía le genera una creciente desconfianza hacia el proceso en el que se encuentra involucrado. La hipnosis, en lugar de ofrecerle alivio, se convierte en una fuente de inquietud y confusión.
En una celebración organizada por los Armitage al día siguiente, los asistentes vuelven a generar las dudas de Chris, quien además se percata de la presencia de un joven afroamericano que conoció en la Universidad, mostrando actitudes inusuales. Chris comparte sus inquietudes con su amigo Rod, quien también está familiarizado con el joven y le aconseja que se marche de la casa sin demora. La presión de permanecer en la casa se convierte en un desafío que pone a prueba su instinto de supervivencia.
La representación de la otredad en la obra de Peele es fundamental para entender la dinámica entre los personajes. La familia Armitage, con su comportamiento aparentemente cordial, oculta intenciones siniestras que provocan un terror genuino en el espectador. Este contraste entre la apariencia y la realidad es un elemento clave en la narrativa. La forma en que Peele aborda la otredad no solo enriquece la trama, sino que también invita a la reflexión sobre las relaciones interpersonales y las verdaderas motivaciones detrás de las acciones humanas.
El racismo subyacente se presenta disfrazado en un contexto neoliberal. La familia Armitage y sus invitados representan un claro ejemplo de votantes que, aunque podrían apoyar a Barak Obama sin inconvenientes, continúan aferrándose a sus prejuicios discriminatorios. Este fenómeno revela una contradicción en la conducta de ciertos sectores de la sociedad, donde la aceptación superficial de la diversidad coexiste con actitudes discriminatorias profundamente arraigadas. La capacidad de votar por un candidato progresista no necesariamente implica un cambio en las creencias personales.
Así, se evidencia que el racismo puede manifestarse de manera insidiosa, incluso en aquellos que se consideran aliados de la igualdad. La lucha contra la discriminación requiere un examen más profundo de las actitudes y valores que persisten en la sociedad contemporánea estadounidense.
Relacionado con lo anterior expuesto, se debe remarcar otra característica notable de la película: su componente de ciencia ficción. En la actualidad, hay elementos oscuros relacionados con ciertos experimentos que parecen estar fuera de nuestro alcance. En este marco, y sin entrar en detalles concretos, se podrá observar en la película el control total que intentan imponer las personas blancas sobre la psique de las personas afroamericanas. Este enfoque resalta no solo la tensión racial, sino también las implicaciones éticas de tales experimentos, lo que añade una capa de profundidad a la narrativa y provoca una reflexión crítica en el espectador.
La selección de actores en las películas de Peele es notablemente acertada. Daniel Kaluuya se establece como el actor predilecto del director, siendo una figura central en dos de sus tres obras cinematográficas. Además, el elenco que rodea a Kaluuya, incluyendo a Allison Williams como su pareja y a Caleb Landry Jones en el papel de su futuro cuñado, así como a sus futuros suegros, interpretados por Catherine Keener y Bradley Whitford, contribuye significativamente a la calidad de la narrativa.
Los personajes del servicio, representados por Betty Gabriel y Marcus Henderson, también destacan por su actuación excepcional. Asimismo, algunos amigos de los Armitage, interpretados por actores de gran talento, complementan el elenco de manera efectiva. La atención al detalle en la elección de cada intérprete refuerza la visión del director y la complejidad de la trama.
Pasemos ahora a su segunda película, US (Nosotros), realizada dos años más tarde, en 2019.
Volvamos a la sinopsis escueta de IMDB: “Una familia va a pasar unos días a su casa de la playa, pero la tranquilidad se vuelve tensión cuando reciben a unos visitantes que no son bienvenidos”. A pesar de que ampliaré la trama, mi intención es, al igual que en la película anterior, revelar lo menos posible, enfatizando nuevamente los temas centrales de la obra. Este ejercicio resulta complicado, ya que, aunque se intente mantener el misterio, siempre hay elementos que, inevitablemente, se visibilizan.
A raíz del impacto generado por su primer filme, Jason Blum de Blumhouse Productions se unió a la producción, junto con alguna productora más y la influyente Universal Pictures, quien también se encargó de la distribución. Parece ser que intentaron persuadir a Peele para que dirigiera una secuela de su obra inicial, e incluso para que se aventurara en el género de superhéroes. Sin embargo, es importante destacar la independencia artística de Peele, quien optó por desarrollar un nuevo proyecto que reflejara su visión personal. Esta decisión subraya su compromiso con la originalidad y la innovación en su trabajo cinematográfico.
Con un presupuesto un poco mayor que en Get Out, unos 20 millones de dólares, nuevamente vuelve a recaudar cifras considerables por encima de los 250 millones de dólares. Es curioso que una película más críptica que Get Out, tuviera tantos visionados, pues la emparenta con películas cuyo fin está basado primordialmente en recaudar lo máximo posible. Pero US, no pretende eso, es un proyecto personalísimo, ambicioso también en cuanto a los temas tratados. Es cierto que entre el gran público, hubo mayor disconformidad que con su anterior película, no así de crítica que lo ensalzó.
Al inicio de la película, se presenta a una pareja joven negra que, junto a su hija pequeña Adelaide, interpretada en su versión adulta por Lupita Nyong’o, visita unas ferias en la playa de Santa Cruz, California. Mientras los padres se dedican a discutir, la niña se aleja. En su trayecto, se topa con un hombre que sostiene una pancarta anunciando el versículo bíblico 11:11 de Jeremías: “Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo traigo sobre ellos un mal del que no podrán salir; y clamarán a mí, y no los escucharé”. Este versículo adquiere un simbolismo que se repetirá en otros instantes a lo largo de la película. Recuerdo como el reloj, en un momento dado, indica las 11:11. La niña, atraída por una atracción de espejos, vive un instante de asombro que marca un punto crucial en su experiencia. Posteriormente, se revela que la pequeña muestra signos de un profundo trauma. Los espejos, así como su simbolismo relacionado con la auto-reflexión, tendrán un papel significativo en la película.
Ya en el presente, nos encontramos a una Adelaide en la edad adulta, casada y con dos hijos. Debido al trauma que sufrió de pequeña, lleva muchos años sin visitar la casa de la playa de Santa Cruz. Pese a sus reticencias, a petición de su marido, Gabe Wilson (Winston Duke), accede a pasar las vacaciones junto a él, su hija Zora (Shahadi Wright Joseph) y su hijo Jason (Evan Alex).
En la playa, se encuentran con la familia Tyler, integrada por Dahlia (Elisabeth Moss), su cónyuge Josh Tyler (Tim Heidecker) y sus dos hijas, Lo (Cali Sheldon) y Nix (Noelle Sheldon). Esta familia, de origen blanco y con una considerable riqueza, se enorgullece de sus posesiones frente a los Wilson. Peele, al igual que en su obra anterior, enfatiza la crítica social y racial, a través de la dinámica entre estas dos familias. La interacción entre los personajes revela tensiones subyacentes que reflejan desigualdades y diferencias de clase. Irónicamente, Peele enfatiza cómo los Wilson ansían conseguir el estatus de los Tyler (derecho lícito, por supuesto), pero remarcando que el modelo que parece difundirse en los Estados Unidos es la estereotipada familia adinerada blanca.
Siguiendo con la trama, Adelaida percibirá una serie de indicios que le generarán inquietud. Comparte con su esposo su dolorosa vivencia de la infancia y le aconseja que abandonen la isla. Sin embargo, se verán imposibilitados de hacerlo debido a la irrupción de un conflicto imprevisto. Les animo a que vean la película primero, ya que presento elementos esenciales que aportan nuevas perspectivas al filme.
Peele introduce en este instante la figura del doppelgänger. La familia, en un estado de inquietud, observa las siluetas que se encuentran en el exterior de su hogar, las cuales guardan un notable parecido con ellos.
Se pueden expresar diversas interpretaciones sobre este tema, incluyendo la dualidad inherente al ser humano. Un ejemplo notable es Jekyll y Hyde de Stevenson, que ilustra cómo todos poseemos un aspecto luminoso, pero también un lado sombrío.
Al inicio de la película, se menciona la existencia de numerosos túneles subterráneos en Estados Unidos, sugiriendo que estas entidades podrían originarse de las profundidades de la tierra. Este contexto permite reflexionar sobre su marginalidad y las limitaciones que han enfrentado en su desarrollo. En contraste, la familia Wilson representa a la clase media estadounidense, que ha tenido la oportunidad de disponer de vivienda, acceso a la educación y posibilidad de empleo, disfrutando de una vida estable y satisfactoria. Esta comparación resalta las diferencias en las oportunidades de desarrollo entre ambos grupos.
Por otra parte, en su primera película, la otredad se reflejaba en la familia acomodada de la pareja del protagonista. En esta ocasión, esa otredad se revela en nuestra propia identidad. Este cambio de enfoque también se relaciona con el título de la película, que adquiere un significado adicional al aludir a las siglas de Estados Unidos. La película se convierte en un espejo que refleja tanto las realidades externas como las internas, desafiando al público a confrontar sus propias percepciones y prejuicios.
Cerca de la conclusión de la historia, se esclarece el origen de los doppelgängers. Creo que, en este caso, la sobre explicación podría haberse evitado. En muchas situaciones, es preferible dejar ciertas cosas a la interpretación, aunque es cierto que hoy en día es común que se incluyan tales detalles.
La aparición de estos doppelgängers no solo transformará la estructura familiar de los Wilson, sino que también provocará una serie de acontecimientos imprevistos que desafiarán su cohesión. El doble de Adelaide, conocido como Red, es el único que tiene la capacidad de comunicarse en inglés, mientras que los demás miembros se expresan a través de gestos o sonidos guturales.
Peele intensifica la tensión en la familia Wilson al sugerir que sus duplicados exhiben características primitivas. Esta revelación añade una capa de inquietud, ya que los dobles no solo son una amenaza física, sino que también representan un desafío a la identidad y a las relaciones familiares. En cierto modo, la aparición de estas personas de comportamiento extraño y primitivo, nos recuerda a la imprescindible película de Romero, Night of the Living Dead (1968), en el sentido de la invasión del hogar de los Wilson. Los dobles se asemejan a las sombras de los Wilson, lo que me evoca la notable y sutil película It Follows (2014), dirigida por David Robert Mitchell. Esta obra, cargada de terror psicológico con elementos sobrenaturales, merece ser redescubierta si aún no la habéis llegado a ver. En Us, se genera un terror similar que incorpora elementos sobrenaturales y de ciencia ficción, especialmente en relación con la aparición de los dobles, cuya naturaleza no desvelaré.
He de decir que se produce una aparición masiva de doppelgängers, algunos de los cuales, como sucede con los de los Tyler, son más agresivos. Al principio de la película se recuerda el evento, realmente ocurrido en 1986, Hands Across America. Fue un acto benéfico donde se realizó una cadena humana para luchar contra el hambre y la pobreza. Los doppelgängers, en un giro irónico, establecerán una cadena humana similar para reclamar sus derechos.
En diversas etapas de la película, al igual que sucedía en Get Out, se manifiestan momentos de humor negro y mordaz característicos del director, incluso en contextos de alta tensión.
En su tramo final, además de aclararnos el origen de los dobles se nos desvela otra interrogante sucedida entre Adelaide y su doble Red, que nuevamente me reservaré.
El director vuelve a demostrar su acierto al seleccionar el elenco de la película, destacando la importancia de que los actores que representan a la familia Wilson encarnen tanto a sus personajes como a sus dobles, logrando una adaptación excepcional.
De igual manera, se puede afirmar que los actores que dan vida a los Tyler también cumplen con esta premisa, aportando una interpretación que enriquece la narrativa.
Es importante resaltar el papel de la fotografía en la película, ya que enfatiza atmósferas inquietantes. La manera en que se captura la luz y la sombra contribuye significativamente a la tensión narrativa. Además, el uso de encuadres y colores refuerza la sensación de peligro inminente, creando una experiencia visual impactante.
Centrémonos en su última película, NOPE (2022)
Comenzamos con la sinopsis escueta de IMDB: “Los residentes de un barranco solitario en el interior de California son testigos de un descubrimiento extraño y escalofriante”.
En esta ocasión, elevó el presupuesto hasta los 68 millones de dólares, recaudando alrededor de 172 millones de dólares, una cifra considerable pero algo menor que la obtenida en sus dos películas anteriores. Volvieron a participar las productoras Universal Pictures y Monkeypaw Productions.
Peele, fiel a la estructura que ha caracterizado sus obras anteriores, presenta en esta ocasión una variación en sus postulados. A primera vista, la película podría interpretarse como un mero espectáculo, lo que podría llevar a la conclusión de que no posee la profundidad temática que se encuentra en Get Out y, en mayor medida, en Us. No obstante, al analizarla con mayor detenimiento, se revela que esta percepción es errónea. Peele se embarca en un nuevo proyecto que, aunque diferente, sigue reflejando su estilo autoral distintivo. Así, la obra invita a una reflexión más profunda, desafiando las expectativas iniciales y demostrando que, a pesar de las apariencias, la complejidad de su narrativa se mantiene presente.
Es una película que homenajea a la mítica Jaws (1975) y a la no menos mítica Close Encounters of the Third Kind, ambas de Steven Spielberg. Volverá a incluir partes de terror psicológico, mezclándolo con cine fantástico y de ciencia ficción. La habilidad de Peele para sorprender y desafiar las expectativas del público se manifiesta una vez más, consolidando su reputación como un narrador audaz. La película promete no solo entretener, sino también provocar reflexiones sobre el miedo y lo desconocido.
Al comienzo de la presentación de la productora y los créditos, se pueden escuchar diálogos que evocan una comedia familiar en la que aparece un chimpancé, Gordy, que da nombre a la serie. Simultáneamente, se introduce el texto de una profecía similar a la de Us. En esta ocasión, el versículo proviene del profeta Naum, específicamente el 3:6, que reza: “Arrojaré inmundicias sobre ti, te cubriré de ignominia y te expondré como espectáculo”. Se perciben sonidos inquietantes que anticipan un giro oscuro en la narrativa. Posteriormente, se muestra la imagen del chimpancé con manchas de sangre que, en un momento de gran tensión emocional, parece haber reaccionado de manera violenta, desatando el caos en el estudio. En medio de esta situación caótica, solo dos niños logran sobrevivir. Una de las víctimas es una niña cuya cara ha quedado desfigurada, mientras que el otro es un niño de origen asiático. Este desenlace trágico establece un contraste impactante con el tono inicial de la presentación. Veremos más adelante el sentido de este fragmento visual, el cual se repetirá con variaciones en determinados instantes de la película.
Ya en el presente se nos presenta un rancho en la localidad de Agua Dulce, California. Pertenece a los Haywood. Padre e hijo se dedican a entrenar caballos para su participación en películas, series o anuncios. Son herederos del jinete negro, Eadweard Muybridge, quien dio origen a un conjunto de fotografías cabalgando, empleadas para crear la primera película en movimiento. Este hecho fue real y Peele quería rescatarlo del olvido. Ya hemos observado que en sus dos películas anteriores también ejercía una reivindicación de las personas afroamericanas.
En un momento dado, observamos como el padre cae fulminado del caballo, pereciendo de una manera extraña. Sus dos hijos tendrán el deber de continuar con el negocio. Otis Haywood Junior, conocido como OJ (Daniel Kaluuya), a quien le gustan los caballos pero no los estudios de cine y su hermana Emerald Haywood o Em (Keke Palmer), extrovertida, eso sí, pero poco comprometida con el proyecto.
OJ es presentado como un personaje depresivo pero entrañable, siempre atento al cuidado de los caballos y con un profundo respeto por la naturaleza. En contraste, su hermana Em se muestra inicialmente superficial y algo frívola, sin embargo, más tarde observaremos como modifica ciertas conductas.
En un set de filmación, OJ advierte al equipo sobre la necesidad de mantener la distancia con su caballo. Sin embargo, su advertencia no es atendida, lo que provoca una intrusión que asusta al animal. Esta reacción violenta del caballo desencadena una serie de eventos que culminan en el despido de OJ y su hermana.
En este instante, es necesario considerar y conectar el segmento de la comedia que presenta al chimpancé Gordy con la reacción del caballo en el set de filmación. Es evidente que Peele busca poner de manifiesto el abuso hacia los animales, que son utilizados como simples herramientas para diversos tipos de entretenimiento. La inclusión de estos episodios en la narrativa resaltan la crítica hacia la explotación animal en la industria del espectáculo. Peele utiliza estos momentos para generar conciencia sobre el sufrimiento que enfrentan los animales en manos de quienes los manipulan para fines comerciales.
Como alternativa, los hermanos Haywood le ofrecen caballos al dueño de un parque temático del oeste, cercano. Su dueño es Ricky Park (Steven Yeun), también llamado Jupe. Se da la casualidad de que es el superviviente de la comedia Gordy. Ricky cuenta a los hermanos las dificultades que tuvo para olvidar el trágico suceso de la serie.
En el rancho, OJ comienza a percibir elementos inusuales y se da cuenta de que una nube permanece inmóvil en el cielo. A medida que observa, identifica un objeto extraño en esa nube, mientras que las luces eléctricas del lugar experimentan fluctuaciones. Al compartir sus hallazgos con su hermana, ella sugiere que lo documenten mediante fotografías o grabaciones para presentarlo en un programa de televisión que se interesa por fenómenos extraños, The Oprah Winfrey Show. Esto no solo podría generar ingresos, sino que también representaría una oportunidad para salvar el rancho. Deciden entonces adquirir cámaras de vigilancia para capturar la presencia del ser extraño. En el establecimiento, el vendedor Angel (Brandon Perea), se ofrece a colaborar en la instalación de los equipos.
La inclusión de Angel en la historia es un acierto del director Peele, ya que es un personaje, en cierto modo marginal, que logra conectar con el espectador de manera efectiva.
El ser sobrenatural extraño siembra el terror en el rancho y los hermanos Haywood y Angel tienen que refugiarse en la casa.
Amainado el temporal, ante el fracaso de sus intentos de captura de instantáneas, deciden recurrir a un director de fotografía especializado en tomas difíciles. Aunque este profesional se muestra reticente al principio, finalmente accede a colaborar con ellos. Esta decisión también resalta la habilidad de Peele para construir personajes y situaciones que enriquecen la trama. Antlers Holst, interpretado por Michael Wincott, propone realizar las capturas utilizando cámaras manuales, lo que representa una clara defensa del cine artesanal analógico.
Por su parte, Jupe, convencido de que es el adecuado para confrontar al extraño ser alienígena, planea organizar un espectáculo en su parque temático. Su intención es utilizar señuelos para atraer al “monstruo”, los cuales consistirán en algunos caballos que OJ le ha vendido. Al enterarse de la estrategia de Jupe, OJ intentará persuadirlo. Le argumenta que el ser es territorial y que su comportamiento debe ser considerado como el de un animal que defiende su hábitat. OJ enfatiza la importancia de abordar la situación con cautela, sugiriendo que la naturaleza del ser alienígena requiere un respeto y entendimiento que Jupe parece no contemplar en su plan. Tal como anunció OJ el plan de Jupe fracasa con trágicas consecuencias.
Ya en el rancho, OJ montado en un caballo, tratará de atraer al “ser”, con el fin de que Antlers y Angel capturen imágenes del monstruo.
En este punto me detengo. El duelo está servido, porque además de su tributo a Spielberg, hay que convenir que Peele también homenajea al western. Y cómo no, de algún modo al “Moby Dick” de Melville. En una entrevista, además de las películas citadas, Peele señalaba la icónica El mago de Oz (1939) y una pequeña joya prácticamente olvidada, Tremors (1990), que os aconsejo ver, en la que Kevin Bacon, Fred Ward y Finn Carter, además de pasárselo bien en el rodaje, nos hacen disfrutar.
Peele reflexiona en torno al espectáculo como generador de ingresos. En la actualidad, parece que cualquier acción es aceptable con tal de alimentar el espectáculo y maximizar la rentabilidad del producto. Sin embargo, el director argumenta que no todo es justificable cuando hay seres vivos involucrados. La postura de Peele invita a una reconsideración de los límites que se deben establecer en la búsqueda de beneficios económicos, subrayando la importancia de respetar la vida en todas sus formas, incluso en el contexto del entretenimiento. Tanto el chimpancé como el ser “alienígena” representan dos formas de otredad en esencia diferentes, pero ambos, reaccionan de manera natural ante la presión emocional a la que son sometidos. Esta distinción es fundamental en la reflexión de Peele sobre la ética del espectáculo y su impacto en la vida. Peele, al examinar su propia participación en este ámbito, reconoce los aspectos positivos que conlleva, pero también pone de manifiesto su faceta oscura y compleja, que resulta difícil de prever.
En este escenario, Jupe intenta capitalizar la condición del ser extraterrestre para aumentar sus ingresos mediante el espectáculo, sin esforzarse por comprender su verdadera naturaleza. Esta falta de entendimiento lo conducirá a un fracaso inevitable. De manera similar, el director de fotografía, influenciado por su profesión, se comporta como el capitán Ahab, arriesgando todo en la búsqueda de una imagen inalcanzable. En contraste, OJ se ha comprometido a estudiar y honrar a esta entidad, y su hermana, al comprenderlo finalmente, decide unirse a su causa. Aunque tienen un interés económico, su principal objetivo es proteger el rancho familiar y rendir tributo a su padre y al olvidado Eadweard Muybridge. Peele ha retratado de forma genuina la motivación de OJ y su hermana, reflejando en la pantalla su éxito como un acto de justicia poética.
Si ya en Us la fotografía era excelente, aquí no lo es menos y Hoyte van Hoytema, reconocido director de fotografía de obras como Oppenheimer, Dunkerque e Interstellar, entre otras, logra una representación excepcional. Su capacidad para equilibrar la iluminación y las sombras contribuye significativamente a la atmósfera visual de la película.
Tampoco hay que olvidar el humor inteligente que Peele despliega a lo largo del metraje.
Para finalizar, Peele ha logrado combinar en NOPE entretenimiento y análisis, un aspecto que merece ser resaltado. En un panorama cinematográfico donde predominan las producciones sin sustancia, la propuesta de Peele se distingue por su capacidad de provocar tanto asombro como reflexión. Confiemos que en sus proyectos futuros, Peele siga conservando su integridad ofreciéndonos películas con guiones inteligentes.
Imágenes de carteles y fotogramas de promoción de Blumhouse Productions, Universal Pictures, Monkeypaw Productions, QC Entertainment, Dentsu Inc, Fuji TV, Perfect World Pictures…