Leyendo los diarios de Piglia, en el tomo segundo, habla acerca de Chandler y su obra, de ahí que me apetecía retomar tras muchos años, su lectura. En tiempos, leí algunas novelas suyas, pero quería acercarme al escritor involucrándome más.
Embed from Getty ImagesUn autor que ha sobrepasado el umbral de novela negra, con una mezcla de cultura inglesa y estadounidense. Extraño dentro del círculo de escritores que frecuentaban el género. Sentía respeto por Hammett y pocos autores más, llegando a afirmar:
“El defecto principal de la mayoría de las historias de detectives es, en mi opinión, que los que las escriben son malos escritores.”
Comenzó de forma tardía, a los cuarenta y cinco años, a escribir relatos cortos en las revistas pulp, Black Mask y Dime Detective; tras este rodaje, Chandler se muestra capacitado para afrontar la narración larga.
El argumento y ciertos aspectos de la novela se basaban en sus historias cortas ya publicadas: “Killer in the Rain” (1935) y “The Curtain” (1936) y algún fragmento de “Mandarin´s Jade” y “Finger Man”.
Da inicio a una serie de obras cuya figura central será el detective Philip Marlowe.
En The Big Sleep, La trama principal gira en torno a un chantaje. El general Sternwood, rico acaudalado, contrata a Marlowe para que resuelva una serie de chantajes donde está involucrada su hija pequeña Carmen.
Chandler quería ser escritor, tenía como modelos a Sherwood Anderson y Hemingway, de los que elogiaba la claridad y sencillez de su narrativa. Los relatos cortos le sirvieron para ir perfeccionando su estilo. Aunque pretendía escribir obras de corte no detectivesco, vió en el genero la posibilidad de conferir profundidad a los relatos.
Basándose en ellos podía denunciar todo tipo de corrupción, dotar de humanidad a Marlowe, su personaje principal, y experimentar con el lenguaje.
Se le criticó ciertas incoherencias en la trama de la novela. Pero a él, no le interesaba tanto la trama como la indagación en la psicología de los personajes. Él mismo explicaba:
“Mi novela es sólo otro relato policial que parece más interesado en la gente que en la trama y que intenta subsistir como novela con unas cuantas gotas de misterio, como otras tantas de tabasco en la ostra.”
Su intención era llegar con sus novelas a un espectro mayor que el lector de novela negra. A un lector interesado en obras literarias. Chandler escribía a su editor:
“Nuestra meta no es el adicto a las novelas de misterio, que no sabe nada ni recuerda nada. Compra libros de ocasión o los pide prestados. Todo le entra por un oído y le sale por otro.”
Creó un detective a su medida, un héroe solitario, cuyo valor principal es la honestidad. Es, en cierto modo, salvando las diferencias, una prolongación de la personalidad de Chandler, que tuvo una educación inglesa y estudió las culturas clásicas. No actúa por dinero. Sus emolumentos son básicos. No admite sobornos. Respeto máximo por la ley y la justicia. Cínico y mordaz. Intelectual. Ha estudiado en la Universidad, lee a Proust y tiene afición por el ajedrez. Bebe whisky y fuma mucho, en pipa, como su creador. Es totalmente independiente. Siempre preservará la confidencialidad de su cliente.
La obra se lee con sumo placer. Raymond critica ferozmente el mundo de la clase privilegiada. Marlowe, siente cierta simpatía por su cliente Stenwood, que aunque acaudalado, trata de enderezar el rumbo de sus dos malcriadas hijas. La caprichosa Carmen, envuelta en un chantaje y Vivian, la mayor, en deudas de juego. Rechaza en cambio la protección que la clase adinerada encuentra en las altas esferas judiciales, policiales, en la prensa; para no verse implicada en los escándalos. Además de Marlowe, sobresalen los personajes de la hijas de Stenwood, la secretaria Agnes y el personaje de Eddie Marsh con su local de juego clandestino, con el beneplácito de la policia. Chandler critica esta clase de negocios y el papel de la policia amparando a los mafiosos.
Es cierto que se observan todavía titubeos en la escritura pecando de cierto exceso descriptivo así como en el empleo de comparaciones. Pero no cabe duda que la mano de Chandler comienza a notarse, dotando a la obra de un contenido que sobrepasa el simple trabajo profesional. Los personajes principales están muy bien perfilados. Merecen destacarse los ingeniosos e irónicos diálogos. Otro acierto es la narración en primera persona de Marlowe, siendo el lector complice de su pensamiento e involucrándolo más en la acción.
Para ilustrar la magnífica obra de Chandler, un excelente disco reciente de los franceses The Soul Jazz Rebels, con mixtura de jazz, funky y groove, teniendo en mente a los maestros, Jack McDuff y Grant Green:
Editorial: Alianza, edición 2004
Colección Biblioteca Chandler
Traducción: José Luis López Muñoz