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Unica Zürn. Exordio. “Primavera sombría” Pepitas 2021

Como ya ocurriera en Anna Kavan (🔗), la vida de Unica Zürn se encuentra igualmente vinculada a su obra, y al contrario. Ambas autoras, por otra parte, guardan una serie de paralelismos en sus complejas vidas y respectivas obras.

Nace Nora Berta Unica Ruth Zürn, el 6 de julio de 1916, en el seno de una familia acomodada de Grunewald, barrio lujoso de Berlín. De pequeña ya idolatra a su padre, Willkomm Ralph Paul Zürn, un oficial de caballería sirviendo en África. También fue escritor y editor, pero en ambas facetas no se distinguió. En cambio, Unica mantuvo -al igual que Anna Kavan– una difícil relación con su madre, Helene Pauline Heerdt.

Unica Zurn Verlag Brinkmann
Unica Zürn © Verlag Brinkmann & Bose, Berlín.

La etapa de infancia de Unica refiere instantes felices en las visitas de su padre, trayendo objetos adquiridos en sus viajes a lugares exóticos. Pero la inocencia termina bruscamente, con la violación sufrida a manos de su hermano mayor, cuando ella cuenta con diez años y, posteriormente, con el divorcio de sus padres, teniendo ella catorce.

Poco después del divorcio de sus padres, tiene que dejar los estudios y ponerse a trabajar por la difícil situación familiar. Entra en la UFA durante el Tercer Reich. Primero como estenotipista, más tarde como guionista publicitaria. Es cierto que no estuvo involucrada en la propaganda nazi, pero en principio, tampoco estuvo en desacuerdo. Cuando en 1942 descubre un informe donde se narran las atrocidades de los campos de exterminio, tomará conciencia de la cara oculta del nazismo.

Su padre, desde 1932 estaba afiliado al NSDAP ( Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán). Tras su muerte y por mediación del nuevo marido de su madre, Heinrich Doehle, frecuenta los círculos del partido nazi y conoce a Erich Laupenmühlen, ejecutivo de Leitz-Cameras. Erich es un hombre adinerado y considerablemente mayor que ella, pero ambos se casan en 1942. Tendrán dos hijos, Katrin, nacida en 1943 y Christian, nacido en 1945. Llegan las desavenencias y se divorcian en 1949 y, como le ocurrió a Anna Kavan, perderá la custodia de los niños. Anna la perdió en favor del divorcio y Unica, por no disponer de dinero tanto para contratar un abogado como para poder mantener a los hijos.

Durante los años siguientes, Zürn se ganó la vida escribiendo artículos y cuentos para periódicos y guiones de radio. Comienza a dibujar influenciada por Oscar Domínguez.

Mientras escribía, frecuentaba el cabaret y club de jazz, Die Badewanne, que era el lugar de reunión de los artistas en Berlín. Centro de artistas dadaístas y surrealistas. Además de música de cabaret y conciertos de jazz, tenían lugar exposiciones importantes: Picasso, Miró, Ernst, Pollock… Conoce y se involucra románticamente con el pintor, Alexander Camaro.

Die Badewanne © Graphische Kunstanstalt Max O’Brien, Berlín.

Poco después de separarse de Camaro en 1953, conoce al artista surrealista polaco, Hans Bellmer, fundamental en su vida. Parece ser que Unica visita una exposición de su trabajo, en la Galerie Springer o en una Exposición Internacional Surrealista en Berlín; en el intercambio de impresiones entre ambos, se produce una conexión instantánea mutua.

Bellmer, nace en Katowice (Polonia), en 1902. Para escapar de un padre represivo, estudia ingeniería en un Politécnico de Berlín, aunque su verdadera pasión es el arte. En 1924 deja el estudio para trabajar como ilustrador y diseñador de anuncios para la editorial Malik-Verlag. Se siente atraído por el movimiento dadaísta, ilustrando varias novelas. Frecuenta las vanguardias, haciéndose amigo de John Heartfield, Rudolf Schlichter y George Grosz. Asiste a conferencias en la Bauhaus. En Berlín se vive un período artístico fructífero en la República de Weimar. Desgraciadamente el ascenso al poder del régimen nazi pone fin a esta época dorada.

Bellmer crea entre 1933 y 1935 una de sus creaciones más conocidas: “Die Puppe” (La Muñeca). Sobre ella establecerá una serie de variaciones. Se trata de una escultura de tamaño casi real, de 1,40 metros; desnuda y con calcetines, con cuatro piernas y numerosas articulaciones para un torso de mujer adulta. Es un objeto con pretensión erótica. Bellmer se propone con la obra, descubrir la mecánica del deseo y desenmascarar el inconsciente psíquico que nos gobierna.

“Die Puppe”, 1933-35, Hans Bellmer © Bihl-Bellmer

El arte de Bellmer es rechazado, evidentemente, por el Tercer Reich. Lo considera un “arte degenerado”, prohibiendo su obra. Bellmer establece una conexión entre el fascismo y su padre, que defiende con orgullo el nazismo. Hans corta cualquier vínculo con él a partir de ese momento. Muchas de las frustraciones que el artista plasma en su obra, tenían como consecuencia la infancia y juventud reprimida por su padre.

Su esposa Margarete tenía una enfermedad terminal y muere en 1938. Ese mismo año, ante la imposibilidad de trabajar y la crispada situación que se vive en Alemania, tiene que trasladarse a París. Es encarcelado por los franceses en el Camp des Milles, cerca de Aix-en-Provence. Allí comparte celda con un compañero artista alemán, el surrealista Max Ernst. Estará recluido hasta 1940.

Continúa su trabajo erótico con innumerables dibujos, fotografías y esculturas. Amor y sexo como máxima surrealista.

Unica se muda con él a París, convirtiéndose en pareja y modelo.

Hans Bellmer, Unica y “La Muñeca” © Bihl-Bellmer

Bellmer trabajará tomando el cuerpo de Unica, al que le atará fuertemente cuerdas en una serie de fotografías donde el componente sadomasoquista está claramente integrado. Refleja la admiración tanto de los surrealistas como de Bellmer por el marqués de Sade. La serie quiere transformar el cuerpo en un paisaje, mostrando el fetichismo de la forma femenina en una fragmentación del cuerpo, teniendo su equivalencia en la fragmentación de la oración.

Unica Zürn, 1958, Hans Bellmer © Bihl-Bellmer

En París, Zürn en compañía de Bellmer, frecuenta los círculos artísticos surrealistas y vanguardistas de la ciudad, conociendo a Hans Arp, Victor Brauner, André Breton, Marcel Duchamp, Max Ernst o Man Ray. Comienza a experimentar con el dibujo automático y los anagramas, actividades en las que Bellmer aconsejaba y apoyaba animando en su creación. Estas primeras obras fueron recogidas en Hexentexte (1954).

Entre 1956 y 1964, Unica tuvo cuatro exposiciones individuales y su obra fue recogida en la “Exposición internacional del Surrealismo” de 1959.

Untitled, dec. 1961, Unica Zürn © Ubu Gallery, N. York & G. Berinson, Berlín

En 1957 conoce a Henri Michaux, a quien identifica como el “Hombre del Jazmín”, una figura de fantasía de su infancia, que más tarde dará título a uno de sus libros autobiográficos. Se enamora profundamente de él. Michaux la introduce en la mescalina. Estas experiencias con las drogas pueden haber precipitado su primera crisis mental. No está claro. Zürn también argumentaba que el origen de su enfermedad podía estar en su obsesión por los anagramas.

Henri Michaux, 1946 © Brassaï, Galería Marc Domènech

Después de los encuentros y experiencias con Michaux, el primer brote psicótico coincidiría con un viaje a Berlín de Unica en 1957, siendo hospitalizada en la clínica psiquiátrica Wittenau. A partir de ahí, entraría y saldría de los hospitales psiquiátricos por el resto de su vida, por estados disociativos y depresión severa.

Se muestra una correspondencia con las alteraciones mentales y consiguientes hospitalizaciones que sufrió Anna Kavan, pero cabe distinguir que en Anna, no hay diagnósticos de enfermedad mental, sino perturbaciones mentales a causa de su adicción a la heroína. En Unica, tampoco los diagnósticos están claros. En un principio, en la primera hospitalización en la Clínica Psiquiátrica Karl-Bonhoeffer, se dictaminó esquizofrenia. Más tarde parecieron contradecir ese primer juicio. Se ha sugerido que pudo haber tenido trastorno bipolar con características psicóticas. Se han referido antecedentes familiares en los cambios bruscos de su padre y en un hermano de él. En todo caso, lindando con la enfermedad mental. Y sin duda, ambas tuvieron que convivir con una serie de alteraciones mentales que afectaron, tanto a sus vidas, como a sus respectivas obras literarias y visuales.

Después de su primera hospitalización y un intento de suicidioAnna Kavan tendría varios-, Zürn regresa a casa y destruye la mayoría de sus dibujos y escritos.

Posteriormente, sería ingresada en la Clinica Psiquiátrica Saint-Anne. Uno de sus principales especialistas, Gaston Ferdière, había tratado a Jacques Lacan y Antonin Artaud. En pugna con su enfermedad mental, Zürn continúa trabajando. De hecho, Michaux la visitaba con frecuencia y le llevaba suministros de arte.

Untitled, 1965, Unica Zürn © Ubu Gallery

También pudo desarrollar en estos años, en los momentos que la enfermedad remitía, dos de sus trabajos autobiográficos; “Dunkler frühling” (Primavera sombría), de 1967 y “Der mann im jasmin” (El hombre del jazmín), que tardaría casi una década en concluir, siendo publicado póstumamente en Berlín, el año siguiente de su muerte (1971).

En 1969, Hans Bellmer sufre un derrame cerebral que lo deja semi paralizado. Al año siguiente, le comunica a Unica que, según consejo médico, no podría ocuparse de ella. Unos meses después, en octubre de 1970, Zürn disfruta de un permiso del hospital psiquiátrico de cinco días. Con 54 años, Unica se suicida saltando desde la ventana del apartamento de París, que compartía con Bellmer. Es enterrada en el cementerio Père Lachaise de París. Bellmer deja un conmovedor epitafio: “Mi amor te seguirá hasta la eternidad”. A petición suya, Bellmer fue enterrado junto a Unica, a su muerte en 1975.

Epitafio de Hans a Unica, Père Lachaise, París © Pierre-Yves Beaudouin

“Dunkler frühling” (Primavera Sombría) está escrito en las treguas de su enfermedad mental hacia 1967. Es un libro autobiográfico en el que Unica se retrotrae a su infancia y preadolescencia.

Unica, emplea la tercera persona para narrar. Quizás esto pueda ser debido a tratar de despegarse de unos temas que, en general, le producen dolor y empleando un alter egola otredad, como en Kavan-, se proporciona una pantalla protectora a sí misma.

Lo primero que refleja la autora, es un padre al que idolatra. Pero el primer revés que sufre Unica, es un padre ausente que apenas está en casa y difícilmente puede disfrutar de su presencia:

“Pronto, al hacerse mayor, con una mezcla de dolor y sorpresa, se percata de que él apenas está en casa. Lo echa de menos. Es caro de ver y cuando uno es caro de ver, se le echa de menos».

Unica Zürn “Primavera Sombría” Pepitas de Calabaza 2021 (Las sucesivas citas remiten a la misma autora y libro)

Nos habla la autora en edad infantil, de los primeros extrañamientos en las diferencias entre los sexos. Descubre que el cuerpo de su hermano no es como el de ella. Constata que tiene un miembro genital totalmente distinto del suyo. Estos primeros descubrimientos la obsesionan:

“Comienza un largo período dominado por la idea del cuerpo masculino, que se convierte en una auténtica obsesión».

En esa obsesión de los sexos, tiene lugar un episodio en el que observa con aversión la fealdad el cuerpo desnudo de su madre:

“Una larga mañana de domingo la niña se acerca a la cama de su madre y se asusta ante aquel cuerpo voluminoso que ha perdido toda su belleza. La mujer, disgustada se burla de la pequeña y deja asomar por la boca abierta y húmeda una lengua desnuda y larga».

Este acontecer en el que sufre el rechazo de su madre, traumatiza a la niña. Son sus primeros desencuentros con una madre con la que nunca sintió cercanía alguna.

En una visita de su padre, viene acompañado de una mujer que le regala una muñeca a la niña. Unica en la usurpación del cariño de su padre, lastra la muñeca.

La niña experimenta la soledad ante la lejanía de sus padres hacia ella, su mundo le parece incomprensible:

“Se siente profundamente sola y comienza a odiar el mundo de los adultos».

La impotencia de un mundo que no entiende provoca la experimentación dolorosa de objetos que restriega violentamente por sus partes íntimas.

La niña va creciendo. Se sigue abriendo al ámbito de la exploración sexual, incluso experimentando sueños impúdicos placenteros:

“En sueños, conoce por primera vez la lujuria y, desde ese momento, tiene la capacidad de volver a sentirla siempre que lo desea».

Unica Zürn con 12 años, Grunewald 1928 (Foto: Arte bajo cero)

Su casa continúa desestructurada. Su padre, en Oriente Medio, su madre con un nuevo amante. En ese contexto de apartamiento, aparece la cuidadora Frieda Splitter. Supone una tabla de salvación para la joven. Frieda es una joven adulta desinhibida, fuma, se maquilla, canta. Por los celos de su madre, ese oasis termina con la sustitución por otra persona, que ella tilda como fea y lejana.

En el colegio se hace amigo de dos chicos. Un niño chino tímido, Eckbert y otro más atolondrado, Franz. Entre los tres tienen lugar juegos peligrosos, en los que ella parece ser la víctima:

“Sufre en silencio y se pierde en ensueños masoquistas en los que no caben los pensamientos de venganza y las represalias».

El único refugio de la casa es la biblioteca. “20.000 leguas de viaje submarino” ilustrado, es uno de sus libros preferidos. El capitán Nemo es uno de sus héroes favoritos. Lo siente más cercano a ella que los adultos reales con los que convive.

Refleja la autora los temores nocturnos, al tener que subir sola por las noches para acostarse, a su habitación. Tienen un esqueleto de un gorila en la casa y teme que el cuerpo aparezca debajo de la cama cuando está dormida por la noche.

Aparece en escena, Elisa Urquiza, una niña española con la que juega. Ambas disfrutan representando piezas teatrales.

Una de las revelaciones más desoladoras del libro, es la violación por parte de su hermano mayor:

“Él se le echa encima y le clava el “cuchillo” (así es como ella lo llama) en su “herida”. Aplasta a la pequeña, subiendo y bajando a gran velocidad y respirando aceleradamente. Lo único que ella siente es un dolor punzante».

Unica tiene solamente 10 años. El hermano la amenaza si cuenta lo ocurrido (Su hermano realmente confesó haber abusado sexualmente de su hermana).

Si ya de por sí, Unica se encuentra ajena en su propia casa, este suceso supone un apartamiento mayor al no poder comunicar lo acontecido con nadie.

Su refugio más recurrente es la biblioteca. Supone un lugar seguro de la casa. Un volumen llama su atención, “Historia ilustrada de la moral sexual” de Fuchs. Se masturba mirando el libro: “pero esa recurrente sensación de placer le deja un vacío que la oprime».

A raíz del suceso con su hermano, cada vez tiene sueños más recurrentes en torno a hombres que ejercen la violencia contra ella. A pesar de que quieren incluso “matarla”, siente que al menos es “centro de atención”, al contrario que en casa, donde se siente apartada:

“Todas las noches revive la sensación de morir como si fuera la primera vez».

Refiere Unica la atracción de las niñas hacia un profesor. Se siente privilegiada, pues la elige frecuentemente para escribir en la pizarra, al ser la que tiene la mejor escritura de la clase.

Aprendiendo a nadar, siente atracción por su profesor de natación. Pero más concluyente es cuando queda obnubilada con un bañista maduro, que lo identifica con el que en sueños viene a matarla:

“Está tan emocionada por la aparición de ese hombre que no le importaría morir en ese mismo instante. Para ella, no hay nada tan magnífico ni emocionante como contemplar a ese extraño. Por primera vez en su vida ama a alguien que no es su padre».

Sabe de la imposibilidad de sus fantasías amorosas:

“La desesperanza siempre ha protagonizado sus experiencias amorosas».

Lo más terrible del relato es ese momento desgarrador, sin consuelo de Unica, donde imagina una escena de suicidio, que desgraciadamente haría realidad tres años después de escribir el libro:

“¿Acaso hay alguien que sea feliz? ¿Cuánta gente habrá ahora mismo en el mundo que está pensando en tirarse por la ventana? La invade un profundo sentimiento de compasión por las personas, por los animales, por sí misma».

Unica plasmó en unas pocas páginas -en el libro de Pepitas, cincuenta-, la intensidad de su vida temprana, que luego se prolongaría a lo largo de toda su vida. No es importante la extensión de los libros; aquí, menos es más; me estoy acordando ahora, de otra pequeña joya, “Los Adioses” de Onetti; más dentro del campo de la ficción, pero con la maestría creativa y prosística que caracterizaba sus escritos.

Unica con una prosa desnuda, que roza lo poético por momentos, nos confiesa sus debilidades y temores; un mundo familiar adulto que no comprende; padre idolatrado pero ausente, madre despreocupada que desprecia, hermano violento que no duda en ultrajarla. En ese estado de incomunicación, su supervivencia pasa por dejar su voluntad volar al amparo de las páginas e imágenes de los libros. Junto a la violencia, el sexo adquiere gran importancia. Tiene lugar el despertar sexual, pero a través del sexo sufrirá la agresión de su hermano. Su indefensión se plasma con prácticas sexuales y sueños violentos. En compañía de la violencia y el sexo, el amor. Pero un amor idealizado que ella sabe que se antoja imposible, con su consiguiente posterior carga doliente inconsolable, sin salida. Pero lo que más subyace de sus confesiones -como en Anna Kavan-, es su desoladora soledad.

Antes de concluir, destacar, la edición de Pepitas; la preciosa portada; la acertada traducción de Alba Lacaba y Raquel Vicedo; el imprescindible emotivo prólogo de Lurdes Martínez.

Durante la lectura del libro y la escritura de estas palabras, he estado escuchando un exquisito disco, que me gustaría compartir con vosotr@s: “Fresh Start” -recién publicado-, del compositor y pianista neoyorquino de ascendentes armenios, Armen Donelian; un álbum sereno, contrapunto necesario en el hiriente universo de Unica Zürn:

Armen Donelian Piano 🔗
Jay Anderson Contrabajo 🔗
Dennis Mackrel Batería 🔗

Armen Donelian “Fresh Start” © Sunnyside Records 2022 🔗

Fotos de intérpretes: © Allaboutjazz 🔗

(“Dunkler frühling” © Unica Zürn, 1967)

“Primavera sombría” Unica Zürn 🔗

Pepitas de calabaza ed. 2021 🔗

Traducción de Alba Lacaba Herrero 🔗 revisada por Raquel Vicedo 🔗

Prólogo de Lurdes Martínez 🔗

78 páginas

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