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Transit: Literatura, amor e identidad en Christian Petzold

Comenté en una entrada dedicada a Schanelec 🔗 , que el cine más interesante europeo desde hace unos años, tiene como epicentro Alemania. Al igual que Angela, Hochhäusler, Arslan…, el director que nos ocupa, Christian Petzold, también pertenece a la Escuela de Berlín, agrupamiento que sucede al tan interesante Nuevo Cine Alemán, desarrollado entre las décadas de los sesenta a los ochentas por Fassbinder, Wenders, Herzog y Schlöndorf, por citar los más reconocidos.

Aunque ellos mismos se desmarcan del encasillamiento en dicha Escuela, por existir diferencias notorias en sus películas, sí es cierto que propugnan un cine basado en la realidad contemporánea alemana y cuyos personajes presentan sus dudas en un mundo en tránsito —como el propio título de la película de Christian—. Sus cinematografías se centran en narrar pequeñas historias de personas que habitan en Alemania y manifiestan un malestar existencial y una búsqueda desesperada de la felicidad.

Esto no quiere decir que no se mire el pasado de Alemania, al contrario; como sucede en Petzold, hay una vuelta al pasado de Alemania constantemente, pero centrándolo en el presente.

El cine más personal y consolidado de Christian Petzold, tiene lugar a partir de Barbara, película de 2012, que inicia una trilogía de trabajos cuya temática girará en torno al amor en tiempos de opresión.

Nina Hoss, una de las actrices fetiche del director alemán, encarna a Barbara, doctora que en tiempos de la Alemania Oriental antes de la caída del muro, es represaliada por su disidencia e intentos de fuga. Es enviada a un pequeño centro hospitalario en una zona rural. Allí entablará algo más que una amistad con AndréRonald Zehrfeld—, médico encargado. La película desarrolla la dificultad de las propias relaciones humanas, amorosas, de la vida en general, bajo una vigilancia obsesiva por parte del Estado. Además, la delación era frecuente, cualquiera podía denunciar actos contrarios al Régimen. En este sentido, para Barbara, considerada subversiva, la existencia se torna complicada. Para Petzold, lo único que puede oponer resistencia al Estado represor, es el amor.

Barbara Petzold
Cartel de Barbara

Digo que a partir de Barbara, el director alemán consolida su cine, no ya por plantear una temática relacionada, sino porque a nivel técnico demuestra una evolución que se ha ido reafirmando a lo largo de los años.

Esto no quiere decir que su cine anterior tenga menor valor, al contrario, en estas películas anteriores ya observamos detalles que desarrollará en películas ulteriores. Yella (2007) y Jerichow (2008), son dos estimables películas que adelantan las claves por donde se moverá el cine del director alemán.

Hecho este inciso, la siguiente película sería Phoenix (2014) —más tarde comentaré sus directrices—, cerrando la trilogía, la que desarrollaré, Transit, de 2018. La más reciente es Undine, de 2020. Otra apreciable película en una línea algo diferente, que introduce cierta atmósfera fantástica.

Petzold plantea el germen de Transit —tomando como partida la novela homónima de Anna Seghers—, a su colaborador coguionista habitual, Harun Farocki. Seghers en su obra, narraba de forma semi autobiográfica la espera en Marsella para conseguir un visado y escapar de la amenaza nazi. Farocki no veía muy factible desarrollar una película partiendo de un libro consolidado. El proyecto se interrumpe con el fallecimiento de Harun en 2014.

Transcurrido un tiempo, Christian retoma nuevamente la idea para la película, pero pierde los archivos primarios almacenados en el ordenador.

En cuanto a la raíz literaria de la película, la autora de la novela fue Anna Seghers, seudonimo de Netty Reiling. Nació en 1900 en Maguncia (Alemania), en una familia judía ortodoxa. Estudió Historia del arte y Sinología en las Universidades de Colonia y Heidelberg. Allí conoció a su futuro marido, Johann-Lorenz Schmidt, estudiante de Filosofía y Economía. Netty se afilió al Partido Comunista Alemán, aunque siempre fue muy crítica, principalmente con la situación de Alemania Oriental y con el estalinismo. Debido al ascenso del nazismo fue arrestada temporalmente por la Gestapo y sus libros prohibidos y quemados. Tras escapar de Alemania, con su marido y sus dos hijos, recala en Suiza y posteriormente en Francia. La situación cambia con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y los nazis a Francia. Su marido es detenido e internado en el campo de concentración de Le Vernet. Netty con sus hijos, huirá de París a Marsella. Allí se ocupará de conseguir la liberación de su marido, además de los visados de salida del país. Esta etapa es la que está reflejada en el libro Transit, publicado en 1944.

Consiguen salir de Marsella y su peregrinaje continuará por Martinica, Nueva York, Cuba, Santo Domingo y Haití, hasta llegar a México. Su intención era llegar a Estados Unidos, pero no consiguieron los visados y se afianzaron en Ciudad de México. En 1942 publica Das siebte Kreuz (La séptima cruz), que fue adaptado por Fred Zinnemann al cine en 1944, consiguiendo bastante popularidad a partir de entonces. En 1947, Netty pudo regresar a Berlín.

Transit Anna Seghers
Libro Transit de Anna Seghers, E. Westermann

Establecida la raíz literaria de la película y la ajetreada vida de Netty Reiling y su familia, continúo con la variación de planteamientos de Christian Petzold en torno a la plasmación de la película, una vez fallecido su colaborador y perdido a su vez los documentos que tenía en el ordenador, en torno al proyecto.

El director toma referencias de la novela de Anna Seghers, pero en una adaptación muy libre y con variantes acusadas. Se plantea entonces, partir de cero situando la obra en nuestros días, porque bien pensado por parte del director, actualmente sigue sucediendo como en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y el acoso nazi —salvando distancias—, una persecución, en este caso, de los inmigrantes en lugares de tránsito como Marsella.

El director en un ejercicio memorístico, plantea un pasado en el presente, porque no se puede olvidar el pasado y, con mayor motivo, si similares hechos se siguen produciendo hoy día.

En cuanto a una sinopsis resumida, tenemos a GeorgFranz Rogowski—, que quiere huir de Francia por la incipiente llegada de los alemanes, o bien, imaginemos que esa amenaza ocurre por ser inmigrante y no tener los papeles en regla, tal como nos lo plantea el director alemán, pues como iremos observando en la película, está ambientada en la actualidad y el director juega con esa ambigüedad. Tiene la posibilidad de escapar a Marsella, acompañando a un escritor conocido, Wiedel, que está gravemente herido. Posteriormente veremos las vicisitudes de Georg en Marsella y la interrelación con otros personajes desesperados por conseguir un visado de salida del país.

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Georg (Franz Rogowski) en una Pensión de Marsella

Si abordamos Transit, en su primer visionado podemos acusar una desorientación. Los hechos se suceden de manera vertiginosa durante su primer estadio, requiriendo una visión muy atenta para seguir una trama cercana al cine negro. La película irá encontrando progresivamente su pulso, que sin abandonar unos postulados basados en la intriga, derivan en una temática desarrollada a lo largo de los filmes del director —centrados en las relaciones con una base sentimental—, en este caso tiene lugar un triángulo amoroso entre Georg, Marie —esposa de Wiedel— y su amante, Richard; en una situación de amenaza constante por la terrible situación en la que se estaba encontrando Francia. En tiempos inciertos, lo único que permite vivir, romper barreras y mantener esperanzas, son las relaciones basadas en el amor, tal como preconiza Petzold.

Marie, abandonó a su marido para huir a Marsella con su amante. Pero para poder salir del país, necesita una autorización de su marido por encontrarse legalmente casada. Por ello, se lanzará a una búsqueda desesperada de Wiedel, creyendo verlo en algunos transeúntes anónimos de la ciudad e inclusive en el propio Georg, en ocasiones.

Transit Petzold Marie
Marie (Paula Beer)

Es muy acertado por parte del director, introducir una voz en off. El narrador es un testigo de lo que le ha revelado Georg. Verdaderamente atestigua un pasado. Los hechos ya han ocurrido. Lo que narra, presenta lagunas. En la pantalla, en un juego muy interesante por parte del director, las imágenes en ocasiones no concuerdan con lo narrado por el testigo.

Una temática recurrente en el cine de Petzold es el de la identidad. Pérdida, búsqueda o suplantación de identidad, como aquí sucede en el personaje de Georg. Esa suplantación que ocurre en Georg hace que se vaya mimetizando con el propio personaje suplantado, cuya mujer es MariePaula Beer—. Cada vez siente más atracción hacia ella.

El tema de la identidad está llevado a sus extremos en su extraordinaria película anterior, Phoenix. En un trabajo excepcional, Nina Hoss, interpreta a Nelly, superviviente judía alemana de Auschwitz. Nelly tiene la cara desfigurada y solicita a un cirujano plástico recuperar su propia cara. Regresa a Berlín en busca de su marido. Es interesantísima la extraña relación que de nuevo se producirá entre ella y su marido. Él, no reconociendo a su mujer, ella, queriendo seguir junto a él, a pesar de una relación inexistente. De nuevo el amor en situaciones traumáticas, en este caso, la búsqueda del amor perdido. Otro trabajo en el que Petzold se apoya en una obra literaria, Le retour des Cendres de 1961, del escritor francés, Hubert Monteilhet.

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Cartel de Phoenix

Se le ha achacado a Phoenix la inverosimilitud de sus planteamientos. La recomposición de una cara destrozada que queda después idéntica a como la tenía antes del accidente, y además, no reconocer el marido a su mujer. Pero yo creo que, como sucede con los buenos libros, no importa tanto el qué sino el cómo está narrado el libro o filmado el filme. Porque lo verdaderamente importante de la película son las reacciones que suceden entre los dos personajes e incluso en nosotros los espectadores, que sabemos quién es cada cual y ejercemos de observadores y quizás cómplices del devenir de Nelly ante su marido.

Volviendo a Transit, la espera adquiere especial importancia en la película. Es una tensa espera de personas perseguidas que buscan desesperadamente un visado de tránsito fuera de Francia. Lo observamos en los personajes que hacen cola en el consulado. En la desesperanza de una mujer arquitecta que en varios momentos coincide con Georg o en los mismos personajes principales.

Se observan guiños al cine melodramático de Douglas Sirk. No hay que olvidar que Petzold lo cita frecuentemente, siendo un referente para él. Pero siempre llevado al modo tan personal de rodar y hacer cine del director alemán. También se observan ciertos ecos, más hacia la parte final, de la mítica Casablanca del director de origen húngaro, Michael Curtiz, donde existía una conciencia social, moral y la solidaridad entre los oprimidos y perseguidos.

Formalmente la película mantiene una sobriedad clásica. Prestando atención en todos los detalles, el director plantea una cuidada composición de escenas en las que la fragilidad de los personajes se destaca, y donde la luz adquiere especial relevancia, ya sea luminosa o difuminada, acorde a las imágenes. Estas imágenes —dentro de las secuencias— tomadas individualmente, semejan fascinantes cuadros fotográficos, como en el siguiente ejemplo:

Transit Petzold Georg y Marie
Georg y Marie en la Pensión

En Transit, y en general en el cine de Christian Petzold se aprecia la importancia que el director concede a los silencios —algo similar sucede en las películas de Angela Schanelec—, en las miradas perdidas de los personajes, desesperanzadas.

El fuera de campo también es una marca distintiva de su cine, la hipnótica escena final de la película, así lo atestigua.

Mención especial merece el apartado de dirección de actores en Petzold, que imprime un sello de calidad en las interpretaciones de sus películas, sabiendo extraer y aprovechar al máximo las cualidades de sus actores y actrices.

El peso principal de la película recae en el enorme Franz Rogowski. Actor de aspecto físico tan personal, un leve ceceo en su habla consecuencia de un labio leporino y una nariz que semeja la de los sufridos boxeadores. Actor que puede mostrar su lado duro, pero más presto a revelar su fragilidad. Paula Beer es el contrapunto ideal de Rogowski, interpretando a la bella y enigmática Marie. Godehard GieseRichard, el médico en la película— aporta un trabajo sobrio en su papel de amante de Marie, pugnando con Georg por su amor.

Transit Petzold bar
Georg en un bar marsellés con Marie al fondo

No hay que olvidar a los secundarios, el niño Lilien Batman —como Driss—, tan natural interpretando, o su madre MelissaMaryam Zaree—. La arquitecta a la espera de un visado, interpretada por la excelente Barbara Auer o el actor Àlex Brendemühl, de doble nacionalidad, alemana y española, que interpreta al cónsul.

Trailer oficial de Transit, subtitulado al español:

También dejo esta entrevista a Christian Petzold subtitulada en español, que tuvo lugar en el Festival de Cine de Sevilla de 2020. Es una charla muy interesante donde toca temas de sus últimos cuatro filmes:

Actualmente en Filmin están las cuatro últimas películas de Christian Petzold 🔗

Si estáis suscritos os animo a ver las películas. También, en caso de que no queráis o podáis suscribiros, tienen unos interesantes Tickets descuento de 15 euros, 5 películas 🔗, es decir cada película 3 euros. Individual, cada película cuesta 3,95.

Por supuesto, no tengo nada que ver con Filmin o cualquier otra plataforma, simplemente constato donde actualmente se puede ver a Petzold. Hubo un ciclo en Mubi muy interesante, donde se pudieron ver sus películas primeras, pero desgraciadamente ya no están en el catálogo.

La verdad es que hoy por hoy, tanto Mubi como Filmin son las plataformas más interesantes en cuanto a catálogo de películas. Quizás Filmin, las mantiene durante más tiempo en la plataforma, lo cual lo hace muy interesante al poder acudir en cualquier momento al visionado de películas fuera de cartelera.

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