Entiendo que somos frágiles, pero si perdemos nuestra humanidad, estaremos perdidos.
Souad Massi
A lo largo del año, he ido escuchando una serie de novedades de músicas diversas. He decidido confeccionar una lista. Para adaptarlo al contenido de la Página, me he centrado en una serie de estilos determinados en sus diferentes vertientes.
En la selección no hay ningún orden de prioridad. En el mismo orden del texto, se van sucediendo los vídeos con las canciones.
¡Espero qué os guste!
Angela Strehli originaria de Lubbock —Texas—, tuvo relación con la escena de blues de Austin, al pertenecer al club Antone’s. Desde allí, promocionó a algunos intérpretes, como Steve Ray Vaughn. Comenzó a grabar tardíamente, a mediados de los ochenta, permaneciendo en activo hasta 2005. Regresa ahora, casi dos décadas después, con 77 años —casi nada—, para rendir tributo a los intérpretes que más le influyeron, como Muddy Waters, Jimmy Reed, Steve Ray Vaughn o Bobby Bland, al que homenajea en la canción, Two Steps From The Blues. Bien acompañada por antiguos músicos amigos, más algunos nuevos, Angela lo interpreta maravillosamente . ¡Quién tuvo, retuvo!.
El cantante y virtuoso del bajo senegalés, Alune Wade, prosigue en su labor de integrar el jazz con los ritmos africanos. “Sultan” es su quinto disco y se nota la progresión. El disco lo grabo entre Túnez, París, Nueva York y Senegal. En él, fusiona diferentes estilos, caminando entre el jazz y el folk, con ciertas influencias andalusíes y orientales. Está arropada su voz y su bajo por un buen número de músicos y voces corales, como se puede apreciar en su canción, “Sultan”.
Souad Massi es de origen bereber, nacida en Argel y criada en un barrio obrero. Comenzó temprano a cantar y tocar la guitarra. Formó parte del grupo de rock bereber —Atakor— bastante combativo, políticamente hablando. En 1999 tuvo que emigrar a Francia por reiteradas amenazas de muerte. Lleva una consolidad carrera musical. Es su décimo álbum y lo sorprendente es la variedad de estilos, pero siempre manteniendo un sello de identidad de sus orígenes bereberes. Con letras comprometidas, habla de problemas sociales, de relaciones humanas, del exilio o de la relación del hombre con la naturaleza; de ahí, las dos margaritas en los ojos de la portada del disco. Sobre el respeto a la naturaleza, habla “Dib el Raba”, nos explica Souad: “En marzo, en Argelia, es la época de las lluvias, y todo cambia constantemente, la vida misma es así, caprichosa, llena de asombro. Dib El Raba es una metáfora de la transformación, cardos en rosas, mentiras en castigos, lobos solitarios en manadas beneficiosas”. Y un poquito de la letra: “Di al que le teme al fuego, / Que no juegue cerca de la leña y que no se apoye sobre el heno”. La suave voz de Souad se completa con la aparición del mandole argelino, aportando su característico sonido.
La guitarrista afincada en Nueva York continúa su experimentación con las posibilidades que presenta la guitarra dentro del jazz contemporáneo. En este disco la formación es de sexteto, con la complementación de un cuarteto de cuerdas en algunas canciones, cuarteto con el que grabó este mismo año el también esplendido, “Belladonna”. En esta dinámica canción, la batería de Tomas Fujiwara y el bajo de Nick Dunston, junto al vibráfono de Patricia Brennan, lanzan la pieza para dar paso a la hipnótica guitarra de Halvorson. El trombón de Jacob Garchik y la trompeta de Adam O’Farrill, aportan el contrapunto ideal.
Craig Fortnam ⬈ – Hidden Away from the Heat – Lunar One A Sides (Full Moon releases Oct 2021 – Sept 2022), Lp © BELIEVERS ROAST (THE GENEPOOL) ⬈
El compositor e intérprete de Oxford, Craig Fortnam, recopila en este disco una serie de singles que fue lanzando poco a poco desde agosto de 2021. Craig, además de la voz, como buen multi instrumentista que es, se ocupa de las guitarras, el piano, el órgano, el armonio, el sintetizador y la percusión. Pero se hace acompañar sabiamente de algunos invitados especiales, como Nicky Baigent en Bb y clarinete bajo, Chloe Herington en fagot y voz, James Larcombe al melodeón y armonio, y por último, Brian Wright al violín y la viola. El resultado es un folk progresivo que me recuerda a la escena de Canterbury, teniendo a Robert Wyatt y Kevin Ayers como algunos de sus principales valedores.
La intérprete canadiense se reúne en este disco con el veteranísimo —¡nada menos que 85 años!—, guitarrista estadounidense, Gene Bertoncini, además de contar con Ike Sturm en el contrabajo. Un trío que se compenetra a la perfección, aunque hayan grabado por primera vez. Según cuenta Melissa, hace años que habían tocado juntos algunos temas. Para el disco han elegido una serie de “standards” del jazz, como “Perdido”, compuesto en 1941 por Juan Tizol y letra de Ervin Drake y Hans Lengsfelder. Melissa inicia en “scat” la canción con el contrabajo y la guitarra apoyando, para alternarse entre los tres integrantes las intervenciones y culminar la pieza como la comenzaron. Una canción alegre y juguetona.
El trombonista de Camp Springs, Maryland, ha confeccionado un precioso disco. Lo ha pensado como la banda sonora ideal más acorde a él. Marshall se apoya en Aaron Parks en piano, Linda May Han Oh en bajo y Johnathan Blake en la batería. Pero luego ha contado con un amplio elenco de acompañantes; algunos pertenecientes al ámbito de la música clásica, como los componentes de la Filarmónica de Nueva York, Ethan Bensdorf (trompeta) y Joseph Alessi, trombón principal de la orquesta; o Brandon Ridenour (trompeta, piccolo trompeta, fliscorno), perteneciente a la Canadian Brass, entre otros. Tal como Mary Halvorson experimenta en el disco “Belladona”, la interrelación del jazz y la música clásica contemporánea; en este disco, Gilkes propone algo similar, con un resultado extraordinario como podréis comprobar en la canción que propongo. El autor comenta a Dan Bilawsky lo que quiere expresar en ella: “Por lo general, al despertarme primero en mi casa, la luz del sol entra suavemente por las ventanas y las cosas están tranquilas … antes de que mis hijos entren y salten sobre mí. Así que eso es realmente una pieza sobre los engranajes de la vida que comienzan a girar al comienzo de cada día”.
Este disco creado en el ámbito europeo es la unión de la parisina, Camille Bertault, la cual después de formarse en el Conservatorio, obtiene un premio de piano clásico y estudia ópera, teatro y danza en el Conservatorio de Niza. Por influencia de su padre, amante del jazz, estudia jazz vocal e improvisación en el Conservatorio de París. Con su primer disco en 2016, descubre la escena del jazz neoyorkino, tras lo cual lanza dos nuevos discos. Por su parte, el austríaco David Helbock, debe su formación pianística a la Escuela de Música Feldkirch y con Paul Winter en el Jazzseminar Dornbirn. En el Conservatorio Feldkirch tomó estudios de piano clásico. Posteriormente estudió con el pianista de jazz neoyorkino, Peter Madsen. Acumula diversos premios en concursos como piano solista. Ha editado un buen número de discos desde 1998. En “Playground” se da cita el gusto de los dos intérpretes por la música brasileña, como se puede comprobar en la pieza que he escogido, “Frevo”, composición de Egberto Gismonti. La pieza, burbujeante desde el principio con el “scat” vertiginoso de Camille, es complementado de modo soberbio por el enérgico toque de las teclas del piano de David, que además se hace cargo de la percusión, los looping en vivo y los efectos. ¡Brillante!
Es el segundo álbum de la dublinesa, Aoife. Continúa su inmersión en el folk intimista y melancólico, como bien se puede apreciar en “Emptiness Follows”, donde su sugerente voz está tan bien arropada por los arreglos de cuerdas de Ailbhe Nic Oireachtaighy y los metales, en este caso, el fliscorno y la trompeta de Conor O’Brien. Espacios con pinceladas psicodélicas, coloreados —como en la canción que propongo—, de tonalidades jazzísticas.
Idéntica trayectoria de Aoife presenta la cantante y compositora de Florida, Sarah Beth Tomberlin. Es su segundo disco y el folk intimista de cámara, similar al ejecutado por la dublinesa. En “Callect Collier”, se observa la economía de instrumentos, tocados con delicadeza y los sugerentes vientos de Stuart Bogie y Doug Wieselman, subrayando la suave y cristalina voz de Tomberlin.
Segundo disco del pianista de Nueva Jersey afincado en Montreal. En formato de trío, con Morgan Moore en el contrabajo y Wali Muhammed en la batería. El disco mantiene un pie en el clasicismo pero al mismo tiempo tiene el otro en lo nuevo, en lo fresco, como lo demuestra la juguetona y vitalista pieza, “On the natch”.
Como Taurey, de Nueva Jersey es el baterista Mark Guiliana. Ya tiene a sus espaldas un buen número de trabajos. Aquí, en formato de cuarteto. Además de la batería, programación de batería y las percusiones, Mark se ocupa de los sintetizadores. Se rodea de Chris Morrissey en bajo; Shai Maestro, en piano, melotrón y ampliceleste; Jason Rigby en saxo tenor, flauta y clarinete. Aporta Mark aire fresco al panorama del jazz actual. En la pieza escogida, el inicio del piano da paso al resto de instrumentos en un “in crescendo” donde se ejecuta una sugerente melodía circular.
El cantante, guitarrista y compositor de Tennessee, Doug Wamble, cuenta con el apoyo del batería Jeff “Tain” Watts, el bajista Eric Revis y parece que jugando al despiste, cuenta con un saxofonista misterioso: Prometheus Jenkins (¡Branford Marsalis!). Si aparentemente la base en la que se mueve Doug, es el blues, aquí aporta un aire nuevo muy sugestivo al fundirlo con el jazz. La pieza que he elegido, “Homesick”, que abre el disco, demuestra la versatilidad vocal y guitarrística de Doug, con unos acompañantes que no son una simple comparsa —escuchar esa manera de tocar el bajo de Eric o ese golpeo tan singular de “Tain” en la batería—, sin olvidar el solo del genial saxofonista ¡enigmático!.
Elizabeth creció trabajando en una plantación de algodón en Tennessee. Es una leyenda viva del góspel. Cuenta con 78 años y acaba de publicar otro magnífico disco. “I got a love”, pieza que también da nombre al disco, es una composición del cantante Jimbo Mathus, quien también toca aquí de manera distintiva el órgano y hace coros. La emotiva voz de Elizabeth, se ve bien arropada además, por la sección The Sacred Soul, donde destacan la guitarra de Will Sexton y los vientos de Art Edmaiston y Jim Spake.
Corky Siegel’s Chamber Blues ⬈ – Hine Ma Tov Blues – MORE Different Voices, Lp © Dawnserly Records, C. Siegel ⬈
Y sigo con legendarios, porque Corky Siegel tiene 79 años y sigue en la brecha. Cuando hablé del libro de Tony Orensanz sobre el brigadista estadounidense Balchowsky ↗ , refería el autor que Corky era amigo suyo. Formó parte de la banda The Siegel-Schwall Band, que tuvieron su punto álgido entre la segunda mitad de los sesenta y la década de los setenta. Es el segundo disco con la Chamber Blues; en concreto: Violines, Jaime Gorgojo y Chihsuan Yang; Viola, Rose Armbrust; Cello, Jocelyn Shoulders; Tabla y Percussion, Kalyan Pathak; además del propio Corky en voz, harmónica, piano y composiciones. Se rodea de diversos invitados que no tienen que pertenecer necesariamente al mundo del blues; tal es el caso del Cantor Pavel Roytman ↗ , que emigró en 1994 a Estados Unidos, de origen judío, procede de Nikolaev, Ucrania. Está especializado en cantos Yiddish. La conjunción de sus cantos, con el apoyo de los músicos y la armónica de Corky, producen una magia especial.
Jon Balke es un pianista y compositor noruego. Siwan es un colectivo transcultural y trans idiomático fundado por él en 2007. Este es su tercer disco y se centra en el espíritu creativo de Al-Andalus. Los textos son de la princesa omeya Wallada bint al-Mustakfi (1010-1091), Ibn Zaydun (1003-1071) e Ibn Sara As-Santarini (1043-1123). Componen Siwan: Balke, teclados, electrónica y tombak; la cantante argelina Mona Boutchebak, voz y quitra; Derya Turkan, kemençe; Bjarte Eike violín barroco; Helge Norbakken percusión; Pedram Khavar Zamini, tombak; Per Buhre, voz y viola. Otra muestra de fusión de culturas musicales diferentes, magistralmente realizada.
La cantante de Malí en este álbum, inter conexiona elementos del blues con la música africana; lo experimenta también en la relación de los instrumentos, como el kamele n´goni africano —tocado por Mamadou Sidibé— y su vinculación con el dobro y la guitarra slide —tocados por Pascal Danaë—. Oumou de manera sentida interpreta esta melancólica canción.
Somi Kokoma ⬈ – House of the Rising Sun – Timbuktu, Lp © SALON AFRICANA RECORDS ⬈
Es originaria de Illinois e hija de padres emigrantes provenientes de Ruanda y Uganda. Somi Kakoma ha cursado la carrera universitaria de Antropología y Estudios Africanos. Está muy concienciada con la problemática de la mujer en África. Su reciente trabajo es un tributo a la cantante y activista sudafricana legendaria, Miriam Makeba. Hay piezas espléndidas en el disco, pero destaco la personalísima versión que realiza del conocido “The house of de rising sun”, donde fusiona de manera extraordinaria el jazz y la música africana.
Regresa el decano cantautor valenciano de 71 años, Julio Bustamente —esta lista de canciones parece ir de veteranos, pero ¡Cuánto se agradece su regreso!—, acompañado de Lavanda; que lo componen, su hijo Lucas Balanzá (bajo y coros); Montse Azorín (voz y percusión); Ferran Pardo (teclados, piano y melódica); Andreu García (guitarra y ukelele) y Antonio J. Iglesias (batería y percusiones). Las canciones mantienen el gusto poético al que nos tiene acostumbrado Julio. Canciones surcadas por los sueños, el sol y el mar valenciano, como esa preciosa portada del disco, dibujada por el mismo Bustamante y coloreada por Fara Durà. Aprender de la soledad y del pasado para afrontar el presente.
La onubense, Rocío Márquez, sigue evolucionando hacia nuevas formas de flamenco y junto a Bronquio —tras el que se esconde el jerezano Santiago Gonzalo—, han editado un disco a destacar. Rocío Márquez es una estudiosa del Flamenco, es Doctora cum laude por la Universidad de Sevilla con su tesis sobre “Técnica Vocal en el Flamenco” y es docente en el Máster Interuniversitario en Investigación y Análisis del Flamenco, además de conferenciante sobre la voz flamenca. En el disco se produce una fusión entre el flamenco, el folk y la música electrónica de Bronquio —creador audiovisual—, con resultados muy estimulantes. La canción sugerida, es un aguilando navideño muy apropiado para estas fechas.
Taracea nació como trío en 2018. Rainer Seiferth, el fundador, es un guitarrista alemán multifacético e intérprete de instrumentos pulsados. Belén Nieto, se hace cargo de la flauta travesera, flauta dulce y voces. Miguel Rodrigáñez es el contrabajo y ha tocado jazz, flamenco y música clásica. Es su segundo disco y cuentan con la participación de Isabel Martín, en la voz y la percusión, además de David Mayoral, en percusión. Rainer en el disco, se ocupa de la vihuela, voz y arreglos. Se centran en la música renacentista y barroca —como en la canción elegida del autor renacentista Juan del Enzina—, pero introduciendo elementos de jazz y folk, que le hacen ser una propuesta más que interesante.
A lo largo del año, también he ido adjuntando en algunas entradas otros discos selectos de 2022, como el álbum de Nate Wooley “Ancient songs of Burlap Heroes” ↗ ; Sarah Parkman & Maria W Horn “Funeral Folk” ↗ ; Tomasz Dąbrowski “Tomasz Dąbrowski & The Individual Beings” ↗ ; Tigran Hamasyan “StandArt” ↗ o Armen Donelian “Fresh Start” ↗.
Imagen de Portada: Doug Wamble, Public Domain, https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=13758249